¿Sabías que la tarea de recoger leña en un campo de refugiados puede llevar a una persona una media de 31 horas al mes? Las personas refugiadas carecen de un acceso seguro a combustible para cocinar y de ahí que ACNUR realizara una evaluación de más de 3300 hogares y sacada esta conclusión. La recogida de leña tiene muchas desventajas:
Desde 2012, ACNUR y sus socios han estado trabajando para introducir energía renovable para cocinar en los campos de refugiados de Burkina Faso. Una cocina alimentada por energía solar, el Blazing Tube, ha tenido un éxito considerable entre los refugiados malienses en los campos. Gracias a este proyecto, ACNUR entregó cocinas Blazing Tube a 601 hogares (1 por hogar), de entre dos y ocho miembros cada uno. Los comentarios de las familias indican que la cocina ha reducido su necesidad de leña.
Cada cocina solar tiene un coste aproximado de 87 euros y para funcionar, requiere aproximadamente 5 litros de aceite vegetal y un reflector solar genera calor, que se transfiere a un tubo de vidrio electrónico que contiene el aceite. El aceite vegetal calentado se vuelve más fluido y una parte del aceite se desborda en un recipiente especial. En el proceso, el calor se transfiere a ollas de metal que se colocan en el recipiente, creando un baño María.
En su funcionamiento máximo, el aceite vegetal puede alcanzar los 200 °C o más, lo que permite freír, así como cocinar varios tipos diferentes de alimentos. Además, los ingredientes se pueden añadir poco a poco en lugar de tener que cocinarlos todos a la vez. Una caja de cocción incorporada a la unidad permite la retención del calor, lo que ayuda a mantener los alimentos calientes durante horas.
“Antes, las mujeres refugiadas tenían que caminar durante muchas horas al día para recoger leña. Como tenemos mucha luz solar, ahora pueden cocinar sin perder el tiempo en recoger leña. Y, lo más importante, no produce ningún humo. Les encanta.”
Oliver Lompo, responsable de protección ambiental de ACNUR en Burkina Faso.
ACNUR trabaja para ir introduciendo las energías renovables en los campos y capacitar a las personas a que puedan utilizarlas y beneficiarse de ellas. Los refugiados han demostrado su voluntad en adoptar la energía solar como alternativa a la leña
El proyecto de ACNUR en Burkina Faso es uno de muchos en todo el mundo que abordan el acceso seguro al combustible y la energía (SAFE). ACNUR pertenece al Grupo de Trabajo Humanitario SAFE, un consorcio de agencias humanitarias, ONG y actores energéticos del sector privado cuya misión es facilitar una respuesta más coordinada, predecible, oportuna y efectiva a las necesidades de combustible y energía de los refugiados y desplazados internos. y otros grupos afectados por la crisis.
Ayuda a los refugiados