Cada 7 de abril desde 1948, fecha en que fue fundada la Organización Mundial de la Salud, se celebra el Día Mundial de la Salud. Para llamar a la acción y animar a la inversión en educación, habilidades y empleos, la Asamblea Mundial de la Salud ha designado 2020 como el año de la enfermería y la partería. La OMS ha querido destacar el papel de estos profesionales por la relevancia y la importancia social de la labor tan esencial que desempeñan.
Día Mundial de Salud en mitad de una pandemia global
Este año, el Día Mundial de la Salud se celebra en plena pandemia global del COVID-19. Las enfermeras y los enfermeros y otros trabajadores de la salud están a la vanguardia en la respuesta a la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus. En esta ocasión, la OMS ha querido poner de relieve la situación actual de la enfermería en todo el mundo.
Además del desafío que supone hacer frente a una situación de este calibre, en la actualidad, existen otros factores que ponen a prueba los sistemas sanitarios de todo el mundo: el cambio climático, las guerras, los mitos de la vacunación, la resistencia a los antibióticos o los productos alimenticios nocivos. Son algunas de los causantes de millones de muertes que podrían evitarse.
Gracias a tu colaboración, ACNUR está consiguiendo todo esto para luchar contra el COVID-19

Almacenamiento de suministros: equipos de protección para personal sanitario, equipos médicos para la gestión de casos, desinfectantes, productos farmacéuticos y suministros para gestionar los desechos médicos.

Mejora de instalaciones de agua, saneamiento e higiene y construcción de estructuras para fomentar el aislamiento y distanciamiento social en campos de refugiados y asentamientos.

Formación en COVID-19 para trabajadores sanitarios en puntos con poblaciones de refugiados para la prevención, control y gestión de contagios.
El 80 % de los refugiados se encuentran en países con ingresos bajos o medios, donde los sistemas nacionales de salud son más débiles y los servicios básicos son limitados. Los sistemas sanitarios necesitan ahora más apoyo que nunca para garantizar que los refugiados y las comunidades locales puedan acceder a servicios de salud esenciales y vitales.