Desde 1992, cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Esta fecha nos recuerda que el agua es esencial para la vida. La cantidad de agua dulce existente en la tierra es limitada, y su calidad está sometida a una presión constante.
El agua contaminada puede transmitir enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.
Según la Organización Mundial de la Salud, estas son las tres prioridades máximas con respecto al agua potable y al saneamiento en situaciones de emergencia:
Agua a 200 metros: ACNUR instala suministros de agua a, máximo, 200 m de distancia de los refugios.
20 litros de agua por persona y día: cantidad mínima de agua que ACNUR tiene como objetivo garantizar a los refugiados.
Tratamiento de agua: ACNUR enseña a los refugiados a clorar el agua que recogen en puntos naturales de suministro cercanos y cuyo control sistemático es difícil de desarrollar.
Letrinas a 50 metros máximo y jabón: ACNUR instala letrinas entre 5 y 50 metros de distancia de los refugios. También asegura el suministro de 250g de jabón/persona/mes.
Formación: ACNUR da formaciones para el mantenimiento de las estructuras de agua y de saneamiento.
842.000
personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua.
1/2 población
mundial vivirá en zonas con escasez de agua de aquí a 2025.
2000 millones
de personas se abastecen de una fuente de agua potable contaminada por heces.
Una buena gestión de los recursos hídricos es fundamental para garantizar el abastecimiento y la calidad del agua. El cambio climático, las sequías, la escasez de agua en muchas partes del planeta, el aumento de la población, los cambios en la demografía y la urbanización suponen un desafío para el sistema de abastecimiento.
El agua es un derecho humano, y como tal debe ser:
ACNUR trabaja para que todos los refugiados tengan acceso al agua potable en cantidades suficientes para poder llevar una vida digna en los campos de refugiados. En situaciones de emergencia humanitaria, la media de agua que ACNUR facilita a los refugiados es de 15 litros por persona y día. Sin embargo, en los campos de refugiados, la distribución aumenta a los 20 litros por persona y día.
Reducir los riesgos para la salud y promover unas condiciones de vida digna son los principales objetivos del trabajo de ACNUR en materia de agua y saneamiento.
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