Según la ONU, la cifra de víctimas mortales entre la población civil se ha incrementado en un 29 % durante el primer trimestre del 2021 con respecto a 2020. Entre los objetivos de estos ataques hay un porcentaje cada vez mayor de mujeres y de niños.
Las necesidades de las personas que huyen del conflicto son enormes. ACNUR y sus socios están proporcionando refugios de emergencia, comida, acceso médico, agua y saneamiento y ayudas económicas a la población afgana desplazada, pero se necesitan más fondos. Hasta el momento, solo se ha recibido el 43 % de la financiación necesaria para cubrir esta emergencia.
Después de más de 40 años de conflicto en Afganistán, la de los refugiados afganos sigue siendo una de las situaciones de desplazamiento prolongado de mayor magnitud del mundo. Ahora, debido a la pandemia de COVID-19, nueve millones de personas han perdido sus medios de vida. Además, solo en 2020, casi 300.000 afganos se vieron obligados a desplazarse dentro del país debido al conflicto. Por si fuera poco, los desastres naturales, como las sequías, y el aumento de la pobreza han dejado a la población afgana al límite de sus fuerzas.
Según el Programa Mundial de Alimentos, hasta 16,9 millones de afganos, casi la mitad de la población, carecen actualmente de alimentos suficientes. La confluencia de cambio climático, inseguridad, conflicto y crisis económica podrían agravar aún más la situación.
Por otro lado, según el informe de ACNUR Tendencias Globales y Desplazamiento Forzado, Afganistán ocupa el tercer puesto de la lista de países con más población refugiada durante 2020, con 2,6 millones de personas.
+ de 3 millones
de desplazados internos.
2,6 millones
refugiados.
2.147
retornos afganos facilitados por ACNUR.
A pesar situación de inseguridad y los importantes desafíos socioeconómicos y políticos, Afganistán sigue siendo la mayor operación de repatriación voluntaria en la historia de ACNUR. La Agencia ha ayudado a unos 5,3 millones de refugiados afganos a regresar a casa desde 2002. Los refugiados que regresan podrían ser una fuerza para el crecimiento y el desarrollo a medida que se restablezca la paz.
En la foto, varios niños son fotografiados en el municipio de Haji Munjai, en Afganistán. Muchas familias que residen en esta localidad se dedican a tejer kilims. Se trata de una fuente importante de ingresos para algunas que regresan a Afganistán después de años en Pakistán. ACNUR proporciona los materiales necesarios para hacer los kilims. Además, apoya programas de educación para facilitar la integración de los niños.
Irán y Pakistán acogen a casi el 90% de la población afgana desplazada, con 2,2 millones de refugiados. Ambos países han abiertos sus puertas y han proporcionado protección a los refugiados afganos. También les han dado acceso a la educación y a la sanidad. A lo largo de décadas, estos países han demostrado una enorme solidaridad hacia la población afgana.
En la foto, niños refugiados afganos sonríen a cámara en el asentamiento de refugiados en Islamabad. Desde la invasión soviética de Afganistán en 1979, Pakistán ha acogido generosamente a millones de refugiados afganos. Hoy, alberga a más de 1,4 millones de afganos. La gran mayoría están registrados como refugiados por el Gobierno de Pakistán para facilitar su estancia legal en el país.
Los refugiados afganos fueron alojados inicialmente en campos de refugiados establecidos por el Gobierno de Pakistán con el apoyo de ACNUR. Con el paso de los años, los campos evolucionaron hasta convertirse en pueblos de refugiados de aspecto bastante similar al de otros pueblos de Pakistán.
Tras la reducción de las raciones de alimentos a mediados de 1990, los refugiados afganos se trasladaron cada vez más a zonas urbanas en busca de oportunidades de empleo y otros servicios esenciales. En la actualidad, se estima que el 69 % de los refugiados afganos vive en zonas urbanas, mientras que el 31 % sigue residiendo en las 54 aldeas de refugiados restantes.
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