De la sequía a las inundaciones en el este de África: miles de personas obligadas a huir

Una vez más, África Oriental se ve afectada por fenómenos meteorológicos adversos y en unos meses han pasado de la sequía a las lluvias torrenciales relacionadas con el fenómeno de “El Niño”. Estas lluvias han provocado inundaciones, corrimientos de tierra, fuertes vientos y granizo que han agravado aún más la vulnerabilidad de las comunidades de los países afectados.

Burundi

Entre septiembre de 2023 y el 7 de abril de 2024, los efectos de “El Niño” ya desplazaron a más de 98.000 personas (incluidos 32.000 refugiados que se encontraban en zonas urbanas), destruyeron más de 19.250 viviendas y 209 aulas, y dañaron más de 40.000 hectáreas de cultivos. Casi la mitad de la población refugiada del país vive en zonas afectadas por las inundaciones y 500 personas necesitan ayuda urgente.

Tanto las familias locales, como las refugiadas de la capital, Buyumbura, han tenido que mudarse varias veces según aumentaba el nivel del agua. Debido a los altos precios del transporte, el acceso a alimentos y necesidades básicas es cada vez más difícil. Más allá de la capital, los precios del alquiler se han duplicado lo que obliga a las familias desplazadas a quedarse en sus hogares inundados ante la imposibilidad de mudarse.

El gobierno de Burundi ha instado a la comunidad internacional a que apoye sus esfuerzos para responder a las necesidades prioritarias de las personas afectadas y poder poner en marcha un plan de respuesta.

Kenia

Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), las fuertes lluvias y las inundaciones repentinas han dejado más de 103 muertos, 29 heridos, 21 desaparecidos, 150.365 personas (30.073 familias) desplazadas y casi 191.000 afectados en todo el país hasta el 28 de abril. Unas 20.000 personas ya estaban desplazadas en los campos de refugiados de Dadaab, que alberga a más de 380.000 personas. Muchos de ellos llegaron en los últimos años de la vecina Somalia a causa de la grave sequía que sufre el país. Ahora, unas 4.000 personas se refugian en escuelas que han sufrido daños graves y varias letrinas han colapsado lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades mortales por el agua.

Somalia

En este país hay más de 46.000 personas desplazadas internamente cinco ubicaciones distintas en el sur que se han visto obligados a reubicarse tras estas inundaciones. Se estima que más de 124.155 personas se han visto afectadas en todo el país hasta el 28 de abril, con más de 5.130 desplazados, informa la OCHA. Las crecidas repentinas han inundado carreteras y pistas de aterrizaje en los distritos de Dhobley y Afmadow, en el estado de Jubaland, inutilizándolas temporalmente.

Tanzania

Según las autoridades, las inundaciones y corrimientos de tierra provocados por semanas de lluvias torrenciales han causado 155 muertos y 236 heridos hasta el 25 de abril. Más de 200.000 personas refugiadas se han visto afectadas, alojados en los campos de Nyarugusu y Nduta. La Autoridad Meteorológica de Tanzania ha advertido de que las lluvias torrenciales y los fuertes vientos seguirán azotando varias zonas del país en los próximos días.

En toda la región, se prevé un empeoramiento de las condiciones, con un aumento de las precipitaciones durante el mes de mayo y junio en algunas partes de Kenia (sobre todo Nairobi y Machakos), Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, el este de Sudán del Sur, el sur y sureste de Etiopía y Somalia.

La Organización Meteorológica Mundial informa de que las catástrofes se producen por la combinación de dos factores. Por un lado “El Niño” que ya está menguando y por otro, un fenómeno conocido como Dipolo del Océano Índico. El exceso de energía atrapada en la atmósfera y el océano por los gases de efecto invernadero provocados por el ser humano están teniendo una gran influencia, especialmente en el calor extremo.

Lluvias torrenciales, inundaciones, sequías prolongadas, calor extremo… regiones como estas de África son tremendamente vulnerables a todos estos eventos meteorológicos adversos. El cambio climático amenaza al mundo entero, pero es en países como los del Cuerno de África donde su impacto amenaza a la población y puede convertir en inhabitables estas zonas.

ACNUR está presente en estos países y colabora de manera estrecha con las autoridades locales y sus socios, proporcionando ayuda y protección a las personas desplazadas, refugiadas y a las comunidades afectadas.

En Kenia, ACNUR está distribuyendo artículos básicos como lonas, mosquiteras, bidones, artículos de higiene y jabón a las personas refugiadas, especialmente a las mayores y personas con discapacidad. También ayuda a reubicar a las familias a lugares más seguros.

En Burundi, proporciona artículos de refugio y asistencia en efectivo. Como prioridad están los miles de refugiados burundeses que han regresado a su país y necesitan apoyo. Por otro lado, ACNUR en Tanzania trabaja con socios locales para rehabilitar albergues para personas refugiadas. Mientras que en Somalia se proporciona ayuda humanitaria y protección a las familias desplazadas internamente.

A fecha de marzo de 2024, había 166.000 refugiados y solicitantes de asilo en Burundi; 767.000 en Kenia; 242.000 en Tanzania; y 38.000 en Somalia (además de 2,8 millones de desplazados internos).

Viendo la carencia de estos países a la hora de estar preparados para responder a la crisis climática, es esencial disponer de fondos para abordar el impacto del cambio climático en estas regiones. Por eso, en abril de 2024, ACNUR lanzó su primer Fondo de Resiliencia Climática para reforzar la adaptación de las comunidades refugiadas, desplazadas y de acogida ante los efectos de la crisis climática.