Devastador terremoto en Myanmar: ACNUR intensifica su respuesta Devastador terremoto en Myanmar: ACNUR intensifica su respuesta

Devastador terremoto en Myanmar: ACNUR intensifica su respuesta

1 de abril, 2025

Tiempo de lectura: 5 minutos

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El pasado 28 de marzo de 2025, Myanmar fue azotado por un devastador terremoto de magnitud 7,7, cuyo epicentro se situó Mandalay, en el centro del país y la segunda ciudad más grande del país. La posterior réplica de magnitud 6,4 y los continuos temblores agravaron aún más la tragedia. A fecha de hoy, el número de personas fallecidas supera los 2.700 y las heridas ya superan los 4.500, según las autoridades locales. Se teme que estas cifras aumenten según avancen las tareas de búsqueda y rescate.

Las estimaciones indican que al menos 14,9 millones de personas se han visto afectadas, de las cuales 3,8 millones están en situación de extrema vulnerabilidad, especialmente en las zonas más afectadas.

Además de los daños personales, los seísmos han provocado el derrumbamiento de edificios residenciales, comerciales, escuelas, y daños en las infraestructuras, incluidas carreteras y puentes, así como en los aeropuertos de Nay Pyi Taw y Mandalay, donde se han suspendido los vuelos comerciales. Los esfuerzos de rescate siguen centrados en estas dos ciudades, consideradas las más afectadas, aunque muchas otras zonas también han sufrido daños. La destrucción de infraestructuras está complicando las labores de rescate.

El terremoto también afectó a Tailandia, incluida su capital, Bangkok, donde se han registrado varios heridos y muertos. El seísmo también se sintió en zonas fronterizas como Mae Sot, Mae Hong Son, Kanchanaburi y Ratchaburi, donde se acoge a población refugiada de Myanmar. Además, la provincia china de Yunnan, fronteriza con Myanmar, también registró fuertes temblores.

Varios equipos de rescate internacionales han sido desplegados para ayudar en las labores de evaluación y rescate, entre ellos China, Japón, Vietnam, India, Rusia, Tailandia y Singapur.

Un terremoto que agrava la crisis humanitaria Myanmar

Este trágico terremoto se produce en un contexto de inestabilidad política y social que ha sumido a Myanmar en una profunda crisis humanitaria. Desde la toma del poder por los militares en febrero en 2021, el panorama político y de seguridad en Myanmar se ha complicado enormemente. La población se enfrenta a graves riesgos como el reclutamiento, las violaciones de los derechos humanos y la insuficiencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas.

El conflicto en curso ha interrumpido las principales carreteras de acceso, restringiendo la libertad de movimiento, impidiendo las rutas de suministro y aumentando los precios de los productos básicos, lo que agrava aún más las necesidades humanitarias.

Esta situación ha hecho que millones de personas se han visto obligadas a huir de su hogar y desplazarse. Actualmente, hay 619.000 apátridas rohingya y 3,5 millones de desplazados internos en el país, de los cuales 1,6 viven en las zonas central y noroccidental de Myanmar, que han sido gravemente afectadas por el sismo. La mayoría de las personas que huyen son mujeres, niños y niñas.

Las comunidades desplazadas ya enfrentaban graves dificultades, como la falta de acceso a alimentos, agua potable y servicios básicos. Con el terremoto, estas condiciones se han visto agravadas. Las infraestructuras de transporte, que ya estaban deterioradas por el conflicto, han sufrido daños adicionales, lo que ha dificultado la llegada de ayuda humanitaria a las zonas más necesitadas.

Por otro lado, Tailandia, el otro país afectado por el seísmo, acoge a más de 80.900 personas refugiadas de Myanmar en nueve refugios temporales a lo largo de la frontera entre ambos países, mientras que unos 6.150 refugiados urbanos y solicitantes de asilo residen en otras zonas.

ACNUR, presente en Myanmar desde 1993

La Agencia de la ONU para los Refugiados está presente en Myanmar desde 1993 y mantiene la presencia de un equipo de 200 personas que trabaja en varios estados. ACNUR colabora con diversos socios como organismos afines a Naciones UNIDAS, ONG y comunidades locales lo que le permite realizar intervenciones que salvan vidas gracias a su asistencia, protección y prestación de ayuda humanitaria.

También trabajan para defender los derechos humanos fundamentales de las personas desplazadas y de las comunidades de acogida. Esto es esencial para lograr soluciones sostenibles que garanticen que las personas tengan un lugar seguro al que llamar hogar y construyan un futuro mejor en comunidades cohesionadas y resilientes.

Desde el primer momento, ACNUR ha estado trabajando para proporcionar ayuda urgente a los afectados por el terremoto. A pesar de las condiciones adversas ha desplegado equipos en las zonas más afectadas, como Mandalay y Nay Pyi Taw. La organización también ha coordinado con otras agencias de Naciones Unidas y actores humanitarios que trabajan en el país, para llevar a cabo misiones de evaluación y garantizar el suministro de ayuda esencial.

ACNUR ha enviado camiones con artículos de primera necesidad, como tiendas familiares, utensilios de cocina y materiales para construir refugios, para atender a miles de familias afectadas. Además, está trabajando con el Ministerio de Sanidad y la OMS para proporcionar ayuda sanitaria y suministros a los centros de salud dañados por el terremoto.

La asistencia al impacto del terremoto también enfrenta dificultades por los recortes a la ayuda humanitaria. A finales de febrero de 2025, la operación de ACNUR en Myanmar contaba con solo un 16% de los fondos necesarios para cubrir las necesidades más urgentes. Este déficit ha afectado la entrega de asistencia vital, como alimentos, medicinas y refugios de emergencia, lo que pone en riesgo aún más la vida de miles de personas vulnerables.

A pesar de los esfuerzos de rescate, las necesidades humanitarias en Myanmar siguen siendo enormes. Además de la crisis provocada por el terremoto, la situación política y de seguridad continúa siendo un desafío para la recuperación a largo plazo. Las personas desplazadas y las comunidades afectadas por el conflicto armado necesitan no solo asistencia humanitaria, sino también soluciones duraderas que les permitan reconstruir sus vidas en un entorno seguro y sostenible.

El futuro de Myanmar dependerá de la capacidad de las autoridades locales, los actores humanitarios y la comunidad internacional para coordinar esfuerzos y garantizar que las necesidades de los más vulnerables se atiendan de manera efectiva. En este contexto, la labor de ACNUR sigue siendo esencial para proteger los derechos de las personas desplazadas y garantizar que reciban el apoyo necesario para superar las secuelas del desastre y reconstruir sus comunidades.

Ayuda a las familias desplazadas por el terremoto

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