El Cuerno de África, al borde del abismo por la sequía

Tras cinco temporadas de lluvia fallidas, la situación en los países del Cuerno de África es extremadamente preocupante. Esto, unido al aumento de los precios y la escasez de alimentos y de fondos que reciben los países de la zona, agravan aún más el complicado contexto de las personas refugiadas y desplazadas.

Los países que conforman el Cuerno de África como Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Sudán, entre otros, están sufriendo las consecuencias del cambio climático. Este ha provocado el aumento de las sequías durante las cinco últimas temporadas de lluvias. Una sequía tan devastadora que ha afectado a millones de personas en la región.

Desde 2019, la lluvia no ha llegado al Cuerno de África durante su temporada y esto está provocando unas consecuencias catastróficas. Las fuentes de agua se han secado, el cultivo ha quedado arrasado y la población de la zona ha visto como su capacidad de supervivencia se ha visto mermada.

Y por si esto fuera poco, el aumento de los precios de los alimentos ha complicado aún más la situación, tanto de las comunidades locales como de las personas refugiadas que no pueden permitirse cubrir sus necesidades básicas. Todo esto provoca un aumento de la desnutrición en la población, especialmente en los más vulnerables que suelen ser mujeres, niñas y niños.

Créditos: © UNHCR/Reath Riek

Desgraciadamente, se prevé que la sequía continúe por lo que es esencial poder garantizar las necesidades básicas de manera sostenible, tanto para las comunidades locales como para las personas refugiadas.

Para ello, ACNUR apoya las actividades que les permitan generar ingresos y complementar sus necesidades para así poder depender de sí mismos. Por ejemplo, una de las acciones que están llevando a cabo para adaptarse a las circunstancias generadas por el cambio climático es a través de la agricultura climáticamente inteligente. Este tipo de agricultura servirá de apoyo a las familias para que produzcan alimentos respetando el medio ambiente.

Además de ofrecer asistencia vital y apoyar actividades sostenibles para la obtención de alimentos, ACNUR colabora con las autoridades regionales y las ONG socias para brindar ayuda a los que más lo necesitan. Una de las acciones es la entrega de ayuda en efectivo a las familias refugiadas más vulnerables lo que les permite poder comprar alimentos o productos de primera necesidad. Por otro lado, también se entregan artículos domésticos básicos, agua y materiales para construir viviendas, que ayudan, no solo a las personas refugiadas, sino también a las comunidades de acogida.

En estas regiones la ayuda humanitaria se convierte en un salvavidas, ya que la sequía ha dejado a países como Etiopía al borde del desastre. Este país acoge a más de 200.000 personas refugiadas, principalmente de Somalia, además de 650.000 personas desplazadas internas. Todas ellas luchan cada día para alimentarse y poder sobrevivir a la sequía y la falta de alimentos.

La falta de financiación es un grave problema. El año pasado solo se consiguió la mitad de lo que se necesitaba (42,6 millones de dólares) lo que provocó que la ración mensual de alimentos que se recibe del Programa Mundial de Alimentos se redujera a la mitad.

El Cuerno de África, una de las zonas del mundo que sufre los efectos más devastadores de la crisis climática, y que acoge generosamente a personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares, necesita apoyo urgente para hacer frente a las necesidades del conjunto de su población, local y refugiada.

Crédito imagen superior: © UNHCR/Charity Nzomo