En 2021, el hambre afectó a alrededor de 193 millones de personas en 53 países o territorios. Esta cifra representa un incremento de casi 40 millones de personas en comparación con las cifras máximas ya registradas en 2020. Son datos que se desprenden del Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2022 publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El informe revela que este nivel récord incluye a las 570.000 personas en Etiopía, el sur de Madagascar, Sudán del Sur y Yemen que se encuentran en la fase de catástrofe alimentaria.
45 millones
de desplazados internos vivían en 24 países afectados por crisis alimentarias.
Los 6 países
con más desplazados internos están entre las diez mayores crisis alimentarias.
15,3 millones
de refugiados y solicitantes de asilo vivían en 52 países afectados por crisis alimentarias.
De los cerca de 21 millones de refugiados y cuatro millones de solicitantes de asilo en el mundo en 2021, más del 60 % (unos 15,3 millones de personas) fueron acogidos en 52 países con crisis alimentarias en los que se mezclan varios factores de riesgo, como conflicto, inseguridad, COVID-19, pobreza y clima extremo.
Muchos proceden también de países devastados por el hambre, como Siria, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
En 2021, de los 51 millones de desplazados internos en todo el mundo, casi 45 millones estaban en 24 países con crisis alimentaria.
Los seis países con el mayor número de desplazados internos -Siria, Afganistán, la República Democrática del Congo (RDC), Yemen, Etiopía y Sudán- se encuentran entre las diez mayores crisis alimentarias en 2021 por el número de personas en situación de emergencia.
La mayoría de los desplazados internos en países afectados por el hambre han huido de sus hogares a causa del conflicto. Algunos han estado desplazados durante años, incluso después de que el conflicto haya remitido.
En los países con graves crisis alimentarias, la población de desplazados internos se incrementó entre 2020 y 2021. Los mayores aumentos se produjeron en Afganistán, la RDC, Etiopía, Mozambique, Myanmar, Sudán del Sur y la región del Sahel.
Aunque la inseguridad alimentaria aguda puede motivar a las personas a desplazarse, no es el único factor.
Conflictos e inseguridad
139,1 millones de personas afectadas en 24 países. En 2020, esta cifra se situaba en los 99 millones de personas. Los conflictos fueron la principal causa del hambre en tres de los cuatro países con poblaciones al borde de la catástrofe alimentaria: Etiopía, Sudán del Sur y Yemen.
Fenómenos meteorológicos extremos
23,5 millones de personas afectadas en ocho países. La sequía en Afganistán afectó al 80 % del país y a los medios de subsistencia de 7,3 millones de personas. En Pakistán y Siria la sequía también redujo la producción agrícola y ganadera y el precio de los alimentos aumentó. En Yemen, las inundaciones provocaron desplazamientos de población y pérdidas de cultivos, al igual que en Cox's Bazar, Bangladesh.
Crisis económicas
30,2 millones de personas afectadas en 21 países. Para Pakistán, la crisis económica fue el principal factor de la crisis alimentaria. Los altos precios de los alimentos y la pérdida generalizada de ingresos debido a los efectos económicos de la COVID-19 en 2020 y 2021 contribuyeron a aumentar la inseguridad alimentaria en todos los países.
Según las predicciones del informe, en 2022, los países con más de tres millones de personas en situación de crisis alimentaria corresponderán en su mayoría a países que atraviesan también crisis de desplazamiento.
La lista de los países con las peores crisis alimentarias en 2022 la encabeza la RDC, con 25,9 millones de personas que podrían pasar hambre. Le sigue Afganistán, con 22,8; Nigeria, con 19,5; Yemen, con 19 y Etiopía, con 14. Sudán del Sur, Somalia, Sudán, con entre seis y siete millones de personas, también estarían en esa lista.
La subida de precios, agudizada ahora por la guerra de Ucrania, representa una seria amenaza para la población de los países más desfavorecidos. La dependencia de las importaciones de cereales es más acusada en los países que ya sufren crisis alimentarias. Somalia, la RDC y Madagascar son un claro ejemplo, pues obtienen casi la totalidad de su trigo de Rusia y Ucrania, un suministro que se ha visto ahora interrumpido.
Por quinto año consecutivo, Yemen tendrá a 161.000 personas en situación de catástrofe alimentaria. En la misma situación estarán otras 87.000 personas en Sudán del Sur debido a los efectos acumulados del conflicto y la inseguridad, las condiciones meteorológicas extremas y los macroeconómicos. En Somalia, la sequía prolongada podría empujar a 81.000 personas a la catástrofe.
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