Es una tradición muy arraigada en España el que las empresas regalen a sus empleados, clientes y proveedores cestas de navidad con productos de todo tipo: jamón, vino, turrones… Pero, de un tiempo a esta parte, tanto por el recorte de presupuestos debido a la crisis, como porque empieza a verse esta tradición como un gasto innecesario y pasado de moda, empiezan a utilizarse otras opciones más sostenibles y solidarias.
Por ejemplo, se intenta que esas cestas sean de productos ecológicos y de comercio justo para que sean respetuosas con el medio ambiente y a la vez apoyen a comunidades más desfavorecidas productoras de estos artículos.
Otra opción es lo que, desde el Comité español ACNUR llamamos cesta de navidad solidaria, regalo navideño corporativo que en realidad consiste en que la empresa dona a una causa el presupuesto que tenía pensado gastar en la cesta de Navidad como fórmula de RSC y solidaridad.
Cuando una empresa o un empleado eligen transformar su clásica cesta de alimentos en comida para refugiados que han tenido que huir de la violencia, la empresa dona en nombre del empleado el importe de la misma un proyecto solidario.
Por ejemplo, con los 45 € de una cesta clásica es posible alimentar a un niño refugiado con desnutrición durante 1 mes y medio.
Una vez hecha esta donación, el empleado recibe una tarjeta física o un email en el que se cuenta en qué se ha convertido su cesta de Navidad y el impacto total conseguido entre todos los trabajadores de la empresa.
Con acciones como esta, la empresa se diferencia de la competencia dando un toque sostenible y responsable a una tradición solidaria.