Haces falta: buscamos gente solidaria

• De guerras y conflictos armados.
• Perseguidos por su raza o religión.
• Perseguidas por ser mujeres: madres que quieren evitar que sus hijas pasen por la ablación, víctimas de violencia de género, violaciones o mujeres obligadas a casarse con sus secuestradores como las yazidíes.
• Perseguidos por su orientación sexual: porque ser homosexual en algunos países puede poner en peligro la vida de personas.

Si eres esa persona solidaria y comprometida a la que le gustaría poder mejorar la vida de miles de personas en países de todo el mundo, no lo dudes, tú haces falta. Estás decidido a ayudar y hay muchas formas de cambiar la vida de alguien al otro lado del mundo.

Ojalá no fuera necesario pedirlo, pues eso significaría que millones de personas habrían vuelto a sus casas y no necesitarían ayuda humanitaria para sobrevivir. Pero mientras el mundo siga así, haces falta.

Por pequeña que sea, una aportación económica es la manera más rápida de convertir las buenas intenciones en material de ayuda.

Puedes elegir a qué país enviar tu aportación o hacerlo a donde más se necesite.

Desde que la guerra en Siria obligó a miles de personas a jugarse la vida en el Mediterráneo, cientos de personas solidarias han llegado a la isla de Lesbos como voluntarios.

Algunos, como las hermanas Mardini, han dejado apasionantes historias tras el sobrenombre de las heroínas de los refugiados. Cuando su barco naufragó en el Mediterráneo, las dos nadadoras empujaron durante horas la lancha averiada salvando la vida a 18 personas. Un final feliz que se cuenta de unos a otros entre los refugiados.

Afortunadamente, no hace falta tener dotes olímpicas para convertirte en voluntario.