Desde hace 12 años, el conocido presentador de televisión colabora con la Agencia de la ONU para los Refugiados para dar difusión a la situación de millones de personas en el mundo. En 2018, Jesús Vázquez viaja a Etiopía para grabar un contenido muy especial de Factor X y nos cuenta sus impresiones.
¿Por qué empezaste a colaborar con ACNUR?
Todo empezó por una camiseta que el equipo de ACNUR me hizo llegar a la televisión. La verdad es que recibía muchas, pero esta me tocó. Decía “Einstein también era un refugiado: ¿y si el mundo le hubiera dado la espalda?” Me la puse ese mismo día en el programa Allá Tú. A partir de ahí, empezó mi compromiso con ACNUR y me quedé atrapado por la historia de millones de personas desplazadas por culpa de las guerras y las violaciones de derechos humanos. Cuando empecé a colaborar hablábamos de 21 millones de personas y vamos ya por más del triple, imaginaros la ayuda que se necesita.
Este año cumples 10 como Embajador de Buena Voluntad de ACNUR. ¿Qué significa esto para ti?
Para mí es un gran honor y a la vez una gran responsabilidad ser embajador de una Agencia que es como el brazo humanitario de las Naciones Unidas; que tiene encomendado el mandato nada menos que de proteger a quienes lo han perdido todo, a personas extremadamente vulnerables. Esto significa darles seguridad física, cobijo, documentación, agua, alimentos, asistencia médica, educación, apoyo psicológico… Me siento muy orgulloso de poder dar voz a los refugiados y aportar mi granito de arena como parte de un equipo que, en definitiva, que se dedica a salvar vidas desde hace casi 70 años por todo el mundo.
Acabas de estar en Etiopía ¿qué te traes a España de este último viaje con ACNUR?
Destaco la gran generosidad de un país con uno de los índices de desarrollo más bajos del mundo, que acoge a más de 900.000 refugiados. Me ha impresionado mucho ver a tantos jóvenes, niños y niñas juntos viviendo en los campos de refugiados. He estado en Shire, una región al norte de Etiopía, por donde cruzan la frontera miles de refugiados eritreos cada mes, muchos de ellos solos, sin sus familias; algunos con tan sólo 7 años. Pienso en qué situación de desesperación tienen que estar unos padres cuando prefieren que sus hijos tan pequeños huyan hacia otro país porque lo que les espera en el suyo es mucho peor de lo que puedan encontrar. Pero también me traigo el buen sabor de boca del trabajo de los equipos de ACNUR y sus socios para acogerles, ayudarles a reconstruir sus vidas, a formarles y mantener viva la esperanza de un futuro mejor, por muy incierto que sea.
Además, has estado con refugiados en Kenia, Jordania y ahora en Etiopia. ¿Qué han supuesto para ti estas experiencias?
Escuchar sus experiencias, su inmensa hospitalidad, ver su lucha diaria por la supervivencia, su capacidad de salir adelante y sobre todo la dignidad de estas mujeres, hombres, niños y niñas de todas las razas, credos y culturas. Me he topado en todos estos países con “potenciales Einsteins”, gente con un gran talento a la que no podemos dar la espalda y aquí, sí me gustaría agradecer la solidaridad de los españoles, de miles de socios y donantes que con su ayuda nos permiten seguir marcando una diferencia en la vida de los refugiados.