En esta edición hablamos de la Guerra de Siria que cumple 7 años y que está convirtiendo a su población en más pobres y vulnerables. La lucha por la supervivencia no termina cuando se alcanza un lugar seguro tras huir de la violencia, en especial cuando la ayuda internacional sufre recortes. ¿Comida, ropa, salud o educación? Cada día, personas como Mohamed tienen que elegir en qué invierte el poco dinero del que disponen en Líbano. Según un estudio de ACNUR y otras organizaciones*, el 58% del casi millón de sirios que se encuentran en el país, en asentamientos en el campo o en zonas urbanas, vive en la pobreza extrema (menos de 2,3 € al día); y el 76% bajo el umbral de la pobreza (3 € al día).
Hoy en día, muchas mujeres y niñas, simplemente por su género, se enfrentan a situaciones de discriminación y violencia. Para las mujeres refugiadas, este riesgo se agudiza cuando pasan días huyendo o cuando tienen que adaptarse a un entorno nuevo y desconocido. Desde hace décadas, ACNUR trabaja para empoderarlas, prevenir la violencia sexual y de género y dar protección a las supervivientes. Cerca del 50% de las personas que han huido de la violencia en todo el mundo son mujeres y niñas.
Más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido mutilación genital femenina (MGF). Asha Ismail, keniana, es una de ellas. El día de su “purificación” llegó cuando tan sólo tenía cinco años. Hoy, es una activista por la erradicación de esta violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas reconocida por la ONU. Con motivo de su participación en el proyecto “El Asilo es de Todos”, hablamos con ella sobre el camino hacia la erradicación de la MGF.
En la primera edición de la revista en 2018 os hablamos de la vulnerabilidad de las mujeres y niñas refugiadas en su huida a otros lugares, de la mutilación femenina y por supuesto, no nos olvidamos de la Guerra de Siria que cumple 7 años y que ha empobrecido de manera brutal a la población.