Un solicitante de asilo es aquel cuya petición de refugiarse en un determinado país aún no ha sido procesada. Cada año, cerca de un millón de personas piden asilo en otros países. Los sistemas nacionales de asilo determinan quién necesita protección internacional.
Cuando se trata de movimientos masivos de refugiados en una guerra o conflicto armado, no será necesario hacer entrevistas personales a cada solicitante de asilo para cruzar la frontera. Estos grupos se llaman refugiados ‘prima facie’.
El asilo político es únicamente el que se concede a una persona desterrada o que ha huido de su país por motivos políticos.
Es el caso de los refugiados españoles que huyeron tras la Guerra Civil por ser contrarios al régimen político.
Entre los solicitantes colombianos en España, también hay casos que pueden ser considerados como asilo político: “El perfil de las personas que piden asilo es variado, pero hay desde quienes alegan persecución por motivos políticos, como jueces, abogados, defensores de derechos humanos, sindicalistas a otros que han salido del país huyendo de la extorsión”, dice María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España.
La generalización del término “asilo político” frente a “asilo” está mucho más extendida en España que en el resto del mundo. Ambas palabras se utilizan como sinónimos erróneamente, es probable que porque su uso se hiciera popular en nuestro país tras la Guerra Civil española.
Un dato curioso es el hecho de que el término de “asilo político” en España tiene muchas más búsquedas que “asilo”, mientras en el resto del mundo apenas llega a un 10 %.
El término “asilo” nace del griego “asylos", que significa templo inviolable o sitio donde nadie puede ser molestado. Todo apunta a que su origen está en los primeros pueblos nómadas, quienes acogían a los extranjeros que huían de su territorio por motivos varios como símbolo de hospitalidad.
Durante mucho tiempo, el asilo se usó para proteger a las personas que no querían someterse la rigidez de las leyes de sus pueblos y buscaban zonas seguras donde refugiarse.
Más tarde, Grecia reconoció el asilo como una entidad en sí misma al que asignó dos funciones básicas:
Según la Ley Reguladora del derecho al asilo, pueden pedir asilo en otro país aquellas personas en condición de refugiados. La Convención de Ginebra de 1951, reconoce como refugiado a:
“Toda persona que, debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de genero u orientación sexual, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, a causa de dichos temores, no quiere acogerse a la protección de tal país”.
Cuando alguien pide asilo en otro país no se convertirá en refugiado hasta que su petición se resuelva positivamente.
Mientras tanto, los solicitantes no podrían ser devueltos, expulsados o extraditados y debe evitarse su detención, según el derecho internacional, aunque Hungría ha creado leyes contrarias a la propia legislación europea para llevar a cabo detenciones masivas en sus fronteras.