Durante casi tres años, entre 1936 y 1939, la Guerra Civil española empujó a miles de personas a huir del país para salvar sus vidas. Tras el fin de la guerra, miles de hombres, mujeres y niños pidieron asilo en Latinoamérica en lo que se conoce como el exilio español. Menos de un siglo después, el concepto de refugiado nos parece algo lejano en el tiempo cuando no recordamos que eso mismo fue lo que vivieron nuestros padres, abuelos o bisabuelos.
En 1939, miles de personas cruzaron la frontera con Francia huyendo de la Guerra Civil. A unas semanas del término de la guerra, el Gobierno francés daba la cifra de 440.000 refugiados españoles en su territorio.
Lo sucedido, quedó retratado en imágenes de la época como ésta, donde cientos de refugiados españoles se aglutinaban por cruzar la frontera con Francia en los Pirineos en febrero de 1939, un mes antes de que la Guerra Civil terminase.
Muchos huyeron a países de Latinoamérica como México, Argentina, Chile, Venezuela, Santo Domingo o Puerto Rico.
Después de la guerra civil española, el Gobierno de México abrió embajadas y consulados de Europa para proteger a miles de refugiados españoles. Aunque este no fue el único país en acoger a quienes huían hacia el exilio español tras la guerra, sí fue el más numeroso en América.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México, 25.000 refugiados españoles llegaron al país en el año 1939 que terminó la guerra.
Entre los miles de personas que se refugiaron en Francia, México, Argentina, Chile o Estados Unidos, entre otros países, se encuentran celebridades que destacaron internacionalmente en distintas disciplinas del mundo de las artes, la cultura y la ciencia.
Artistas como Luis Buñuel, Rafael Alberti, León Felipe, Remedios Varó, la familia de García Lorca, músicos como Manuel de Falla, científicos como Carlos Bosch, economistas, médicos se refugiaron en América. En los países de acogida, la contribución de la comunidad española en su país de acogida fue notoria en universidades, cultura y economía.
Quienes huyeron de la guerra y de la dictadura fueron, entonces, refugiados al igual que los 22,5 millones de personas que hoy han tenido que cruzar las fronteras para salvar sus vidas.
Guerras como la de Siria dejan a millones de personas desarraigadas al igual que lo fueron en su día los refugiados españoles. Personas que, al fin y al cabo, sólo buscan salvar sus vidas pero que encuentran un mayor número de barreras que las que tuvieron nuestros antepasados ante esta falta de memoria que, según muchos, está afectando a Europa.
La situación vivida en la ciudad siria de Alepo ha sido comparadas con la del bombardeo de Guernica en el Consejo de Seguridad de la ONU por representantes de Francia, Reino Unido y Estados Unidos.
Y es que, antes incluso de la creación de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para proteger a los refugiados europeos tras el fin de la II Guerra Mundial, en España ya nos habíamos convertido en refugiados.
Ayuda a los refugiados