A medida que aumenta el conflicto en Ucrania también crecen las necesidades humanitarias de millones de personas que son víctimas de la violencia armada. Desde el primer momento,...
A medida que aumenta el conflicto en Ucrania también crecen las necesidades humanitarias de millones de personas que son víctimas de la violencia armada. Desde el primer momento, ACNUR está apoyando a las autoridades en Ucrania para ayudar en todo lo referente a la organización de los centros de acogida para los desplazados. Con el apoyo directo de sus socios locales, se siguen entregando grandes provisiones de alimentos, abrigo, agua y otros ítems de emergencia para todos los desplazados internos que sufren los estragos de este conflicto.
En Polonia, además de estar desarrollando un sistema para monitorear las necesidades de las personas más vulnerables, ACNUR continúa enviando mantas, colchones, sacos de dormir, bidones de agua y chaquetas. Y, recientemente, se ha lanzado un programa piloto de ayudas económicas especiales para el contexto de esta emergencia.
Desde sus almacenes en Dubái y Grecia, ACNUR ha enviado a Moldavia material de emergencia de diversa índole. Y así lo hace en otros países vecinos a Ucrania a los que han tenido que huir miles y miles de personas: Eslovaquia, Hungría y Rumanía.
En todos los puntos fronterizos de Eslovaquia hay puntos de información para refugiados sobre los servicios disponibles: alojamiento, alimentación, oportunidades de trabajo y atención médica. ACNUR apoya al gobierno local en las tareas de recepción de personas, provisión de refugio y de material de emergencia, además de la asistencia en efectivo para los grupos más vulnerables.
En Hungría, 4.000 refugiados han recibido información legal, asesoramiento, apoyo psicológico e información y hay 35.200 materiales de emergencia depositados en almacenes del país para ser distribuidos en Ucrania. En Rumanía, son más de 14.000 personas las que han recibido asesoramiento de manera presencial o telefónica y 9.113 de ucranianos y ucranianas consiguieron el traslado desde Palanca (Moldavia) a Rumanía de la mano de ACNUR y la OIM.
ACNUR ha declarado a la emergencia en Ucrania de nivel 3, la más alta dentro de la escala de la agencia. Esto ha obligado a redoblar esfuerzos y a aumentar las colaboraciones con autoridades, agencias y socios ante la rapidez con la que evoluciona la crisis humanitaria en Ucrania. “ACNUR está ayudando y puede hacer mucho más en materia de protección y registro, gestión de la capacidad de recepción, distribución de ayuda en efectivo y de artículos de primera necesidad, identificación y respuesta a las necesidades de las personas en mayor situación de vulnerabilidad, muchas de las cuales son mujeres, niñas y niños, y con una proporción cada vez mayor de niñez no acompañada o separada”, dice Filippo Grandi, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Mientras tanto, ACNUR sigue alertando sobre un aspecto muy grave y que, en situaciones de desplazamientos forzoso de población, aumenta de manera exponencial: el riesgo de la proliferación de redes de tráfico y trata de seres humanos que se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas refugiadas.
Con el objetivo de responder a la grave emergencia de la manera más eficiente posible, ACNUR está canalizando las donaciones de aquellas personas que quieran colaborar en forma de ayuda económica. Y no se está recogiendo nada de ayuda en especie, aunque ese tipo de contribución sí que puede hacerse pero a través de los respectivos municipios, con comida, medicamentos o ropa dependiendo de lo que se necesite en cada momento.
Las contribuciones económicas que coordina ACNUR pueden hacerse a través de la página de ayuda a Ucrania de ACNUR y se trata de un apoyo fundamental para financiar y adaptar la respuesta al momento y según las necesidades específicas que van surgiendo, en una situación que es muy cambiante de un momento para el otro. ACNUR continúa repartiendo materiales de emergencia de primera necesidad a los diferentes almacenes de la región que se encargan de distribuirlos a las personas que los necesitan. Y también se están entregando tarjetas con dinero en efectivo para que las personas refugiadas puedan usarlas en obtener lo que necesiten, para resolver de manera práctica una situación que sigue siendo muy grave y que continúa profundizándose a medida que la violencia sigue sin dar ningún tipo de tregua.
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