El crecimiento y la maduración de los niños es un proceso relacionado no solo con aspectos físicos y cognitivos. Por el contrario, se trata de algo mucho...
El crecimiento y la maduración de los niños es un proceso relacionado no solo con aspectos físicos y cognitivos. Por el contrario, se trata de algo mucho más complejo que incluye otros componentes como el desarrollo motriz, el movimiento y la parte afectiva.
La psicomotricidad relacional es un término que vincula justamente todos estos elementos y ayuda a que los niños no solo tengan conciencia de sí mismos como sujetos, sino también del rol social que ocupan.
El objetivo es que los pequeños establezcan una relación dinámica con su cuerpo y que ello se convierta en una herramienta para realizar procesos de pensamiento operativo, es decir, que puedan aplicar fácilmente a su realidad.
Como padres debemos tener claro que la psicomotricidad relacional es un proceso clave para el desarrollo de nuestros hijos, pues no solo explora la parte fisiológica del crecimiento, sino también los aspectos individual, afectivo y social.
Sin embargo, conviene distinguir los tres tipos de técnicas que pueden llevarse a cabo al profundizar en este concepto. Veamos en qué consisten y qué objetivos persiguen:
a) Educativa/estimulativa/preventiva
Estas prácticas tienen lugar en la educación infantil y primaria, y su objetivo es el acompañamiento del niño en su desarrollo evolutivo. Los ayuda a adaptarse a ciertos parámetros sociales, los estimula para que saquen a flote sus talentos, habilidades y destrezas y, finalmente, los invita a prevenir ciertas actitudes que pueden poner en peligro su desarrollo.
b) Reeducativa
Son técnicas dirigidas a niños con algún problema madurativo o relacional. En estos casos, las actividades se desarrollan en espacios más amplios para lograr una motivación global y más completa.
c) Terapéutica
Este último nivel supone el desarrollo de técnicas para aplicarlas a niños con problemas más graves de adaptación social o a quienes les cuesta entablar relaciones con sus semejantes. El objetivo de esta técnica es identificar las causas del problema y poner en marcha dinámicas para superarlo.
Antes hemos dicho que la psicomotricidad relacional constituye un conjunto de técnicas destinadas a lograr el desarrollo global de la persona a través de su relación con el cuerpo. Sin embargo, no es este su único beneficio. Veamos otros:
El progreso psicomotor es esencial para el desarrollo integral del menor. Gracias a él, el niño descubre el entorno y se relaciona con él, a la vez que se familiariza con sus propias capacidades y limitaciones y va desarrollando y potenciando todas sus destrezas.
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