El desplazamiento forzado es un fenómeno complejo y multifacético que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las causas de este desplazamiento son diversas, pero todas están profundamente relacionadas con violaciones de derechos humanos, como conflictos armados, persecución por motivos de etnia, religión, ideas políticas, orientación sexual o desastres naturales.
Los derechos fundamentales de las personas refugiadas y desplazadas internamente están en juego en cada una de estas situaciones, y la protección de estos es una responsabilidad urgente de la comunidad internacional. La urgencia se debe a que este fenómeno está creciendo hasta el punto que se espera que unos 139.3 millones de personas se vean obligadas a migrar a la fuerza para finales de 2025.
Entendemos por desplazamiento forzado el movimiento de personas debido a circunstancias fuera de su control, como la guerra, la violencia generalizada, la persecución o los desastres naturales. Las personas refugiadas, solicitantes de asilo, y desplazadas internas son los principales grupos afectados por la migración forzada.
Las principales causas del desplazamiento forzado se relacionan con conflictos armados y situaciones de violencia generalizada, lo que obliga a las personas a huir de sus hogares en busca de seguridad. Además, otras razones se explican por persecuciones políticas, étnicas, religiosas o sociales, violencia basada en género o desastres naturales.
La desplazamiento forzado supone una vulneración de los derechos fundamentales de las personas desplazadas que deben ser protegidos, independientemente de su estatus migratorio. Entre estos derechos vulnerados, acordados por la comunidad internacional, podemos incluir tanto civiles y políticos como económicos, sociales y culturales.
Para recordar los derechos fundamentales de las personas refugiadas y entender su potencial situación de precariedad, debemos destacar el derecho a la vida y a la seguridad, en el que las personas refugiadas cuentan con el derecho a buscar y obtener asilo en otro país sin ser devueltos a situaciones de peligro.
También debemos mencionar el derecho a no ser objeto de discriminación por razones de raza, religión, nacionalidad, o género, clave en la legislación internacional, o el derecho a la asistencia humanitaria, lo que incluye acceso a alimentos, agua, atención médica y refugio en situaciones de emergencia, entre otros. Por último, otro de los derechos fundamentales de las personas refugiadas es el derecho a la libertad y seguridad personales.
Todos estos derechos pueden llegar a ser vulnerados en diferentes situaciones, sobre todo cuando las personas desplazadas por razones forzadas se encuentran en una situación irregular y cuando el contexto en el que se encuentran es precario y/o de emergencia. Por lo tanto, es importante clarificar los derechos de las personas refugiadas para poder actuar en base a ellos.
En situaciones de emergencia, como conflictos armados o desastres naturales, la protección de los derechos de las personas refugiadas se vuelve especialmente difícil. ACNUR juega un papel central en la coordinación de asistencia humanitaria, pero también en la defensa de los derechos fundamentales de las personas desplazadas al definirlos y denunciar situaciones de vulneración de los mismos.
Entre las medidas clave que realiza ACNUR, una organización de alcance global, se incluye la provisión de asistencia humanitaria generalizada, conjuntamente con otras organizaciones, como la provisión de seguridad alimentaria o sanitaria. Además, a nivel administrativo y en las zonas en las que tiene presencia, trata de registrar a las personas refugiadas, siendo esta una medida clave para asegurar que las personas sean identificadas y no se encuentren en situaciones irregulares. Por último, destaca su trabajo con los gobiernos, garantizando que se respeten los derechos de los refugiados, o su papel de investigación e identificación de situaciones de abuso.
A pesar de los esfuerzos de la sociedad internacional, la protección de los derechos de las personas refugiadas en situaciones de emergencia sigue siendo un desafío y aún se dan muchas situaciones de violaciones de sus derechos fundamentales.
En conflictos y desastres de diferente índole, ha quedado reflejado algunos obstáculos que sitúan a las personas desplazadas en una situación de precariedad. Destacan situaciones de cierre de fronteras o de políticas restrictivas en un contexto de emergencia humanitaria, ocasionados por diferentes factores, entre ellos un sistema de discriminación y/o xenofobia.
Aparte de estas cuestiones políticas, en otras situaciones se experimentan problemas relacionados con la falta de recursos y financiamiento y la incapacidad de ofrecer una respuesta humanitaria adecuada.
El fenómeno del desplazamiento forzado debe estudiarse con un enfoque global en el que se pone en riesgo los derechos fundamentales de millones de personas en el mundo. Por lo tanto, es fundamental ofrecer una visión integral de la cuestión, con una mirada multidimensional y en la que la comunidad internacional aborde las causas estructurales de este fenómeno.
Se espera que el número de personas desplazadas a la fuerza crezca en el futuro y, por lo tanto, la respuesta de la sociedad civil es trascendental. ACNUR, como la principal organización enfocada a la protección de las personas desplazadas y refugiadas, es un actor esencial en este sentido, pero se necesita la movilización coordinada de la comunidad internacional para poder hacer frente a los casos de abuso de los derechos fundamentales de las personas refugiadas para, de esta manera, garantizar la protección de de las personas que se ven forzadas a huir de sus hogares.
Artículo escrito por: Guillem Llobet.
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