Es importante que las personas sean conscientes del mundo en el que viven y de los problemas que hay en él para que se solidaricen con quienes lo necesitan y...
Es importante que las personas sean conscientes del mundo en el que viven y de los problemas que hay en él para que se solidaricen con quienes lo necesitan y actúen en consecuencia. Sin embargo, para que esto sea así debe empezar en los primeros años de vida con un proceso educativo que acerque a los niños a la realidad.
Si queremos que los pequeños conozcan los problemas sociales y, a la vez, inculcarles valores, es preciso emplear un lenguaje que les resulte cercano, comprensible y que al mismo tiempo los motive. Más allá del formato o el medio elegido para su difusión, los mensajes deben generar interés, empatía y transmitir valores sociales.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando queremos acercarlos a la difícil realidad de miles de niños refugiados en el mundo, algo que en un primer momento les parece lejano. Solo usando su propio lenguaje lograremos nuestro objetivo.
Con el objetivo de acercarlos a este drama mundial, ACNUR ha elaborado una guía didáctica titulada La pequeña Carlota, la cual cuenta la historia de una niña que pierde a su familia por culpa de la guerra y se ve obligada a abandonar su casa. A partir de este hecho, intentará encontrar una zona segura para vivir. Pero no le será nada fácil.
Tras llegar a un primer pueblo en el que sus habitantes se niegan a brindarle acogida y darle algo de comer, Carlota se encamina hacia un bosque oscuro en el que tropezará con criaturas extrañas. Los Devoradores de Piedra, los Cola de Seda y los Cuervos Humosos la rechazan por el solo hecho de ser diferente. En sus respectivos territorios, únicamente aceptan a aquellos seres que tienen sus mismas características físicas.
Entonces Carlota huye a la ciudad y pide ayuda a un grupo de Vecinos Avariciosos, que se la niegan sin escuchar sus razones. Igual suerte corre en la zona donde viven las Personas Pobres, quienes temen que con su llegada se reduzcan los pocos recursos a los que tienen acceso. Carlota sigue vagando por ahí. Hasta que, fuera de la ciudad nuevamente, descubre una casa en un árbol habitada por un pintoresco personaje. Se llama Refugio y de inmediato le ofrece comida, cobijo y lo más importante: quedarse allí con él durante el tiempo que quiera.
La pequeña Carlota es una guía educativa elaborada en dos formatos, texto y audio, lo cual ofrece mayores posibilidades de difusión. Recordemos que la interactividad es un recurso indispensable para que los niños sientan interés por las historias que les contamos en el aula. Todo lo visual, por ejemplo, les resulta llamativo.
Lo primero que debe tenerse en cuenta son los valores que queremos transmitir a los niños, que en este caso son ejemplos de solidaridad, la ayuda desinteresada, la empatía, el respeto a la diversidad y la convivencia, entre otros.
Ahora bien, es importante que los niños visualicen los conceptos a través de imágenes o ejemplos concretos. Su nivel de abstracción aún no se ha desarrollado, con lo cual una imagen resulta mucho más eficaz que la repetición de los conceptos.
Los métodos escolares deben ser didácticos, atractivos, originales y, sobre todo, emplear el mismo lenguaje de los niños.
Cuanto más pronto empecemos, menos tardarán ellos en interiorizar los conceptos que les hemos transmitido. La escuela tiene esa ventaja: en cierta forma, sienta las bases de las personas que seremos en el futuro.
En este caso concreto, la historia de La pequeña Carlota es una buena herramienta para acercar a los niños a la difícil situación que viven cientos de menores de edad que han tenido que abandonar sus hogares por culpa de la guerra.
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