Algunas familias de refugiados tienen que huir tan rápido de sus hogares por la guerra que no tienen tiempo ni de llevar consigo cosas básicas como ropa o...
Algunas familias de refugiados tienen que huir tan rápido de sus hogares por la guerra que no tienen tiempo ni de llevar consigo cosas básicas como ropa o enseres personales.
Tal vez no vuelvan a ver sus hogares o sus pertenencias y, aunque sean objetos materiales, estos también forman parte de sus recuerdos. Imagina lo desgarrador que será para los más pequeños dejar atrás sus juguetes favoritos, que, de alguna forma, representan su infancia y con los que tantas horas han jugado en sus países. Por ello, cuando llegan a un campo de refugiados vuelven a querer ser niños y a jugar como lo hacían en su país. Allí, sin embargo, no suele haber juguetes con los que hacer volar su imaginación; por eso muchas veces pasan el tiempo con manualidades fáciles de hacer, que convierten en muñecos u objetos divertidos.
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Noura nos da una idea muy sencilla. Con un trozo de madera que su padre consiguió para ella y un poco de imaginación, esta pequeña ya tiene una muñeca con la que jugar durante los días que pasa en el campo de refugiados. Cualquier material que tengamos en casa, unido a la imaginación y la creatividad de los más pequeños, puede convertirse en un juguete.
UNHCR / K. Mahoney
Los juegos tradicionales se han extendido por todos los países del mundo y suelen tener algo en común: su sencillez. A ellos se puede jugar con materiales muy sencillos o cambiar su apariencia sin cambiar su esencia. Por eso, muchos niños africanos que se encuentran en un campo de este tipo no dejan de lado sus costumbres y los recuerdos que siempre viajan con ellos y pasan las horas jugando con materiales básicos como tierra y frutos secos. En nuestra cultura también hay juegos sencillos como los chinos, un juego que se puede practicar incluso con piedras para intentar adivinar cuántas tiene un jugador en su mano.
UNHCR/ J.Mohr
Para proyectos más ambiciosos y en los que pueden colaborar varios niños e incluso adultos, algunos refugiados apuestan por crear juguetes más elaborados como coches de madera. Se utilizan materiales reciclados que nosotros también podemos encontrar en forma de cajas de fruta desechables o en trozos de muebles viejos. Basta con utilizar pegamento en lugar de puntas o tornillos para evitar lesiones en los más pequeños y será un buen trabajo en familia o en comunidad.
¿Qué te parecen estas ideas de manualidades fáciles de hacer inspiradas en los niños refugiados? Ellos mismos utilizan su imaginación para no quedarse sin infancia, y su esfuerzo por divertirse también puede darnos ideas e inspirar a nuestros hijos en sus juegos diarios.
Además, esta clase de actividades puede ayudar a los más pequeños a entender las necesidades de otros niños como ellos, pero también a apostar por el consumo responsable, juntando materiales para luego convertirlos en divertidos juegos que compartir con sus amigos o en manualidades fáciles de hacer en sus ratos libres.
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