Consejos para una infancia solidaria Consejos para una infancia solidaria

Consejos para una infancia solidaria

Difícilmente olvidamos lo que aprendemos en la infancia. En esta edad se sientan las bases de nuestro carácter y nuestra personalidad y adquirimos los valores que pondremos en...

17 de febrero, 2017

Tiempo de lectura: 3 minutos

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Difícilmente olvidamos lo que aprendemos en la infancia. En esta edad se sientan las bases de nuestro carácter y nuestra personalidad y adquirimos los valores que pondremos en práctica cuando debamos desempeñar un rol socialmente activo.

La solidaridad es uno de ellos. Si desde pequeños aprendemos el significado de este concepto y lo aplicamos dentro de unos términos morales, con toda seguridad seremos adultos preocupados por los problemas de nuestro entorno y con capacidad para transformarlo positivamente.

Pero quizá no debamos esperar tanto para ello. También podemos hacer que nuestros niños y niñas tengan una infancia solidaria, es decir, que se interesen no solo por entender los alcances de este concepto, sino también por visualizarlo a través de gestos, recursos y acciones concretas. ¿Se te ocurren un par de ellas?

¿Por qué es importante fomentar una infancia solidaria?

Cuando somos pequeños aprendemos básicamente de nuestros padres: son nuestros referentes más próximos y por eso los imitamos. Por este motivo, ellos deben ser los primeros en aplicar los principios de una educación en valores.

La solidaridad no consiste solo en ayudar y donar cosas al que las necesita; es, sobre todo, una forma de entender nuestras relaciones sociales.

Un sinónimo que nos ayuda a entender este concepto es la empatía. Definida como la capacidad para ponerse en el lugar de nuestros semejantes, es lo mínimo que se puede pedir a una persona para quien la solidaridad sea un valor estructural.

Además, la solidaridad crea vínculos de confianza y unidad que nos permiten entender el verdadero significado de la ayuda y que potencian la elaboración de redes ciudadanas centradas en la transformación social.

Infancia solidaria: cómo ponerla en práctica

Los padres podemos inculcar a nuestros hijos el valor de la solidaridad y lograr que vivan una infancia solidaria de muchas formas distintas. Ya hemos hablado de darles ejemplo. Ahora veamos otras tres alternativas para ello:

a) Acciones de voluntariado

No solo los adultos pueden ser voluntarios. También los niños pueden formar parte de actividades de este tipo. De esta manera, su conciencia social será mayor y tendrán conocimiento de las necesidades de su entorno. Si desde que son niños se preocupan por el bienestar de los otros, ya habrás ganado mucho en tu objetivo de formarlos en la solidaridad y el compromiso social.

b) Donación de juguetes

Una forma ilustrativa de inculcar la solidaridad en la infancia es través de la donación de juguetes usados. En vez de tirarlos al contenedor, podemos insistir a nuestros hijos en lo que supone donarlos a personas que atraviesen momentos difíciles o simplemente a quienes puedan serles más útiles. Solidaridad también es compartir y contribuir al bienestar de las personas de nuestro entorno.

c) Reciclaje de materiales y productos

Reciclar productos también es otra forma de solidaridad. Este pequeño gesto hace que nuestros niños sean más conscientes de la necesidad de apostar por otro modelo de consumo que promueva el cuidado del medioambiente. En el futuro, estos valores serán fundamentales para su vida.

La solidaridad se aprende todos los días. Los padres tenemos la obligación de que nuestros hijos la vislumbren y practiquen y lleven, por tanto, una infancia solidaria. Algún día serán personas con un alto grado de conciencia social y compromiso con las necesidades del entorno en el que se desenvuelvan.

 

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