La República Democrática del Congo sufre una escalada de violencia que está provocando desplazamientos a gran escala tanto dentro como fuera del país. Más de medio millón de personas han abandonado sus hogares en Kivu del Sur.
La violencia lleva a miles de personas a verse obligadas a abandonar sus hogares. Las familias huyen traumatizadas, con cicatrices físicas y psicológicas. Muchas denuncian haber sufrido abusos, algunos sexuales, durante su huida.
Además, más de 28 millones de personas sufren actualmente inseguridad alimentaria aguda. Además, las pasadas inundaciones del mes de abril dejaron miles de desplazados y personas afectadas.
La situación es devastadora. Puede que República Democrática del Congo no sea un conflicto tan visible, pero su población necesita ayuda urgente.
Para comprender el contexto de la República Democrática del Congo (RDC) hay que explicar que es un país que lleva décadas de conflictos que han arrastrado a la población a una situación de vulnerabilidad y necesidad de asistencia humanitaria. Este es el resumen de lo que ha pasado en lo que va de año:
La vigilancia del Grupo Sectorial de Protección, dirigida por ACNUR, sigue documentando violaciones generalizadas de derechos humanos en el este de la RDC. Se reportan extorsiones, saqueos, secuestros y violencia sexual, mientras continúa el reclutamiento de niños por parte de grupos armados. Muchas mujeres y niñas sufren agresiones sexuales durante su huida y, en ocasiones, se ven obligadas a recurrir al trabajo sexual para sobrevivir.
Las personas desplazadas enfrentan necesidades urgentes, especialmente en protección y salud, con acceso limitado a alimentos, agua y saneamiento. Algunas arriesgan su vida cruzando el lago Tanganica en embarcaciones inseguras, lo que ha provocado ahogamientos.
La violencia ha generado saqueos, heridas, interrupciones en servicios esenciales y desplazamientos masivos. La capacidad de acogida está desbordada y los servicios básicos colapsados. Muchas de las personas que huyen cruzan la frontera de los países vecinos y llegan a Burundi, Uganda y Ruanda.
Además, más de 28 millones de personas sufren actualmente inseguridad alimentaria aguda, la cifra más alta jamás registrada en el país. Por otro lado, el este del país enfrenta múltiples emergencias sanitarias simultáneas, como brotes de cólera, Mpox y sarampión.

"La crisis en la República Democrática del Congo se agrava. Sólo este mes se han desplazado medio millón de personas más. En Goma y más allá, los desplazados se están quedando sin lugares donde huir de la violencia. Lejos de los focos, se trata de una grave emergencia".
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados.
La inestabilidad de la región provoca que en algunos lugares del país las operaciones humanitarias sean complicadas. ACNUR y sus socios siguen llevando a cabo intervenciones de protección en Kivu del Norte y Kivu del Sur, entre ellas se incluye la formación de miembros de comités de refugiados y líderes comunitarios para promover la coexistencia pacífica, con sesiones de concienciación e intercambio comunitario. En Kivu del Sur se siguen identificando y siguiendo casos de protección de menores y de violencia sexual, y se presta apoyo médico y psicosocial a los supervivientes, incluidos los menores.
También ACNUR ha comenzado la inscripción de beneficiarios de asistencia en efectivo para desplazados internos en el territorio de Beni. Además continúa con el registro civil y la extensión de la identidad legal de los niños en los asentamientos de refugiados de Lusenda y Mulongwe en el territorio de Fizi. Continúan las evaluaciones de protección y las capacitaciones para la prevención y sensibilización sobre la violencia de género en Kivu del Norte y Kivu del Sur.
En Burundi y Uganda, los refugiados congoleños están siendo trasladados de los centros de recepción a los asentamientos; sin embargo, existe una necesidad urgente de apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene, alojamiento y educación en ambos países.