Ir a la escuela es su derecho y su futuro
Los niños y niñas representan más de la mitad del total de refugiados en el mundo. Como consecuencia de la huida, su infancia se ve truncada y su educación interrumpida. El acceso a la educación es un derecho y una herramienta clave de protección.
ACNUR trabaja para que estos menores no pierdan sus oportunidades de futuro y vuelvan a ser niños: construye y equipa aulas, capacita a profesores, conciencia y ayuda a las familias para facilitar que sus hijos vayan a la escuela, especialmente a las niñas.
ACNUR aboga por la escolarización en escuelas locales, una medida que contribuye a mejorar las relaciones con las comunidades de acogida, que es siempre el objetivo central. Cuando esto no es posible, se crean escuelas y espacios especiales para niños en los campos de refugiados.
En 2016, más de 984.000 menores fueron matriculados en educación primaria y 85.300 en educación secundaria.