Un terremoto de 7,7 grados de intensidad ha devastado Myanmar causando más de3.354 personas fallecidas y más de 4.500 heridas y 220 desaparecidas. Se calcula que 14,9 millones de personas se han visto afectadas en todo el país. ACNUR está trabajando en las zonas afectadas por el terremoto y está respondiendo, junto con sus socios, para ofrecer protección y asistencia vital, incluidos refugios de emergencia y artículos de primera necesidad.
La situación se agrava por momentos y la ayuda de todos es crucial para dar respuesta a esta emergencia.
Los seísmos han provocado el derrumbamiento de edificios residenciales, comerciales, de escuelas, y daños en las infraestructuras incluyendo carreteras, puentes y aeropuertos limitando la asistencia y el acceso a las áreas afectadas. El terremoto también llegó a Tailandia, sintiéndose en su capital Bangkok, donde se han registrado varios heridos y muertos.
Las autoridades del país han solicitado ayuda internacional tras el seísmo, ya que seis regiones - las de Sagaing, Mandalay, Magway y Bago, el estado de Shan (sur) y el territorio de la Unión de Nay Pyi Taw - han declarado el estado de emergencia.
Las zonas central y noroccidental de Myanmar, donde se produjo el terremoto, albergan el mayor número de desplazados internos debido al conflicto que dura ya más de cuatro años. Actualmente, Myanmar alberga a casi 3,6 millones de desplazados internos y 634.000 apátridas. Esta catástrofe agrava aún más una situación humanitaria ya crítica, aumentando las dificultades y necesidades tanto de las comunidades desplazadas como de las locales.
La evaluación inicial indica que hay necesidades urgentes de artículos no alimentarios, utensilios de cocina, ropa y materiales para construir refugios. También es prioritario el acceso a alimentos y agua potable. ACNUR ya ha enviado camiones a los territorios afectados con artículos no alimentarios y tiendas de campaña a los centros sanitarios locales cuyos edificios han resultado dañados o destruidos.