El término abarca no solo los países de Oriente Próximo (Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania y Egipto), sino también otros en el Golfo Pérsico y el sur de Asia, como Arabia Saudita, Irán, Irak, los Emiratos Árabes Unidos y, a veces, Afganistán y Pakistán. Es una zona geopolíticamente más vasta que la de Oriente Próximo, que es la región más inmediata desde la perspectiva europea.
Al inicio, Israel y la Franja de Gaza eran las principales regiones implicadas. La Franja de Gaza con una superficie de 360 kilómetros cuadrados es una de las regiones más densamente pobladas del planeta, ya que acoge a casi 1,5 millones de palestinos. Ahora el conflicto se ha extendido a otros países ya que los ataques de Israel en Líbano, Siria y Yemen, ha provocado que el 1 de octubre Irán atacara Israel. Todavía no se sabe hasta dónde llegará este conflicto ni qué consecuencias tendrá para la población pero, de momento, ya ha hecho que más de 1,2 millones de personas se hayan visto forzadas a dejar sus hogares, huyendo casi con lo puesto, en coche o a pie, intentando cruzar la frontera de Líbano en busca de un lugar más seguro.
El Líbano es el país que acoge al mayor número de personas refugiadas per cápita en todo el mundo, con una estimación del Gobierno de 1,5 millones de refugiados sirios y más 11.400 refugiados de otras nacionalidades.
Desde que comenzara el conflicto en Gaza, los enfrentamientos a lo largo de la frontera sur de Líbano han desplazado a decenas de miles de personas, entre ellas refugiadas sirias. A finales de septiembre de 2024 comenzaron los ataques israelíes sobre Líbano que han dejado. Hasta el 26 de noviembre, las autoridades sanitarias libanesas informan de que 3.768 personas han muerto desde el 8 de octubre de 2023, y otras 15.699 han resultado heridas, entre ellas 706 mujeres y 240 niños. Entre las víctimas también hay 222 trabajadores sanitarios, 33 de los cuales resultaron heridos.
El 27 de noviembre Israel anunció un alto el fuego en Líbano. Esta tregua, en principio, durará 60 días, pero todavía hay mucha incertidumbre sobre lo que pasará y la población sigue necesitando ayuda.
El Gobierno del Líbano estima que en la actualidad hay más de 1,3 millones de personas desplazadas. A pesar del alto al fuego, las necesidades humanitarias de la población continúan y ACNUR sigue presente proporcionando alimentos, agua, mantas, lámparas solares, bidones y colchones.
Entre septiembre y noviembre de 2024, Siria recibió a más de medio millón de personas que huían de los ataques aéreos israelíes desde Líbano. De estos, el 60% eran sirios que retornaban, mientras que el resto eran libaneses. Los y las refugiadas sirias que un día salieron de su país cuando estalló la guerra en 2011 buscando refugio en Líbano, se agolparon en las fronteras de vuelta.
Desde la entrada en vigor del alto el fuego entre Israel y Líbano el 27 de noviembre, unas 40.000 personas refugiadas libanesas han regresado a su país.
El 27 de noviembre, una ofensiva lanzada por grupos armados de la oposición en el noroeste de Siria se extendió rápidamente a diversas regiones del país, alcanzando días después, la capital, Damasco, provocando la caída del presidente Bashar al Assad, dejando a Siria ante un futuro incierto. Estos acontecimientos han dado comienzo a una etapa de incertidumbre, pero también han despertado esperanzas de que la mayor crisis de desplazamiento forzado del mundo pueda resolverse.
Estos últimos 14 años de conflicto han dejado cientos de miles de víctimas mortales, personas heridas y han obligado a huir de sus hogares a más de 13 millones de personas. De estas, más de 7 millones permanecen desplazadas dentro del territorio sirio, mientras que más de 6 millones han buscado refugio en otros países, principalmente en Turquía, Líbano y Jordania, aunque también en Europa y otras regiones del mundo.
Ahora hay una calma relativa en muchas partes del país y los principales centros urbanos recuperan una apariencia de vida normal. Las tiendas y los mercados están reabriendo, el transporte público funciona y los servicios bancarios se han reanudado parcialmente. Sin embargo, las necesidades humanitarias siguen siendo importantes. ACNUR necesita ayuda para apoyar a las personas desplazadas de Siria, incluidos las desplazadas internas y la población refugiada que puedan regresar a sus hogares en los próximos meses.
En Irán hay 3,8 millones de personas refugiadas, siendo el país del mundo que más refugiados y personas con necesidad de protección internacional acoge. Los y las afganas e iraquíes que también tuvieron que dejar su hogar por la guerra y el extremismo y que ahora viven allí, están atentos ante la amenaza que puede suponer la inestable situación en Oriente Medio.
Por ello, ACNUR trabaja activamente con entidades locales en la atención de las personas vulnerables, en su mayoría procedentes de Afganistán e Irak. El acceso a la educación de la infancia y la repatriación voluntaria de aquellas personas que desean y pueden volver a sus hogares centran la operación.
En los primeros 10 días tras el comienzo de la oleada de violencia en el Líbano, el Ministerio del Interior iraquí informó de la llegada de casi 5.000 ciudadanos libaneses a Irak. El paso fronterizo de Al-Qaim fue el principal punto de entrada, con aproximadamente 1.400 de estas llegadas. Finalmente, unas 39.000 personas huyeron a Irak.
ACNUR y sus socios han estado presentes en la frontera de Al-Qaim, en Nayaf, Karbala y Bagdad, para poder hacer un seguimiento de las necesidades. En todos estos puntos, ACNUR y sus socios han desplegado personal para garantizar la inclusión de estas personas recién llegadas en los servicios de atención nacionales.
La presencia operativa de ACNUR en Jordania es muy amplia, con un equipo de unas 500 personas para asistir a cerca de 700.000 personas refugiadas, en su mayoría procedentes de Siria desde hace más de 10 años. ACNUR centra su operación en las soluciones a largo plazo como la integración laboral, la educación y el apoyo económico para las familias más vulnerables.