+ de 1 millón
de personas congoleñas refugiadas y solicitantes de asilo en países vecinos.
5,7 millones
de personas desplazadas dentro de la República Democrática del Congo.
1,3 millones
de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el país.
El país lleva décadas de conflictos que han llevado a la población a una situación de vulnerabilidad y necesidad de asistencia humanitaria. La situación se deterioró aún más desde octubre, y los combates entre el ejército congoleño y grupos armados rebeldes en el Este del país siguen desplazando a la población de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri.
Además, en diciembre de 2023 celebraron sus últimas elecciones, en un clima de tensión y de problemas logísticos en las votaciones. Esto se da en un país con un historial de citas electorales que tienen riesgo de volverse violentas.
Ese mismo mes de diciembre se produjeron en las provincias de Ituri y Mongala, así como en la capital, Kinshasa, las peores inundaciones de los últimos 60 años en República Democrática del Congo. Las devastadoras lluvias han afectado a más de 300.000 personas y han acabado con la vida de al menos 60 personas. ACNUR está trabajando con las autoridades para apoyarles en la respuesta a las personas afectadas.
Foto: © ACNUR / Joel. Z. Smith.
En 2024, la situación de violencia continúa recrudeciéndose, llegando a utilizarse incluso artillería pesada y bombardeos sobre la población civil en los alrededores de Goma, capital de Kivu Norte. Los bombardeos indiscriminados están agravando la presión sobre los recursos ya escasos para albergar a las personas desplazadas internamente en la región, así como a los 1,3 millones de desplazados en la provincia de Kivu del Norte. La violencia continúa limitando el acceso a poblaciones aisladas en el territorio de Masisi y Rutshuru, aumentando las dificultades que afrontan las agencias humanitarias para proporcionar asistencia vital. Con pocas opciones viables de un paso seguro desde Goma, las crecientes comunidades desplazadas en la ciudad se enfrentan a condiciones en rápido deterioro.
Además de la violencia, uno de los mayores problemas del país es el hambruna y es que se estima que una de cada tres personas pasa hambre, lo que supone que más de 27 millones de congoleños padecen inseguridad alimentaria, según la FAO.
No podemos olvidar que todo esto se une a que las mujeres y las niñas congoleñas están siendo víctimas de la violencia sexual generalizada y sistemática llevada a cabo por grupos armados.
“Los constantes enfrentamientos cerca de Goma han apuntado a hombres, mujeres y niños inocentes, forzando a miles a huir de bombardeos indiscriminados y violencia. La situación es trágica e inaceptable. Urgimos a todas las partes a proteger a los civiles, respetar el derecho humanitario y establecer corredores seguros para la ayuda.”
Chansa Kapaya, Directora Regional de ACNUR para Sur de África y Coordinadora Regional para los refugiados en RDC.
ACNUR contribuye activamente a la atención del desplazamiento interno en el este de la República Democrática del Congo. Trabaja en estrecha colaboración con socios y otras partes interesadas, incluido el Gobierno, para proporcionar protección vital, refugio, artículos no alimentarios y servicios de coordinación de campamentos a los desplazados internos.
ACNUR lleva mucho tiempo presente en el país y trabaja incansablemente para que todos los refugiados y desplazados internos tengan acceso a agua potable en cantidades suficientes para poder llevar una vida digna. Cuenta con programas de agua, saneamiento e higiene (WASH) que aseguran la entrega de agua y servicios de saneamiento a millones de personas en campamentos, fuera de campamentos y en zonas urbanas.
Foto: ©ACNUR / Blaise Sanyila.
Además, proporciona refugios de emergencia y entrega kits con artículos de primera necesidad, como esterillas, mosquiteras, utensilios de cocina, lonas de plástico, lámparas solares, mantas o bidones para transportar agua.
ACNUR trabaja con la Organización Internacional para las Migraciones para dirigir la coordinación y la gestión de los sitios que albergan a los desplazados internos en Kivu Norte. También brinda protección y asistencia a los refugiados congoleños en los países vecinos, en colaboración con las autoridades y los socios en terreno.