ACNUR trabaja en cooperación con las organizaciones locales de Latinoamérica para mejorar los mecanismos de protección existentes en estos países. El acceso al asilo, la protección de las personas que han tenido que huir por la violencia de las milicias o de las organizaciones criminales y la asistencia directa a comunidades indígenas son algunos de los ejes del trabajo de las oficinas de ACNUR en Latinoamérica.
Latinoamérica es un territorio que vive situaciones de desplazamiento prolongado como es el caso de Colombia, aunque también en el Caribe y en Centroamérica, el fenómeno de los flujos migratorios mixtos está aumentando en los últimos años. Esto supone que, en los movimientos migratorios hacia otros países, viajan no sólo inmigrantes por motivos económicos, sino también personas en necesidad de protección. Es el caso, por ejemplo, de muchos jóvenes que huyen de la violencia de las pandillas juveniles en El Salvador, Guatemala y Honduras, o de personas que huyen por cuestiones de género e identidad sexual, entre otros motivos.
Colombia es el país que más desplazamiento ha generado en Latinoamérica en los últimos 50 años: más de 6,7 millones de personas desplazadas internas y cerca de 350.000 refugiadas que han huido a países como Ecuador. La mayoría de estas personas son refugiadas o desplazadas que viven en entornos urbanos en difíciles condiciones. ACNUR les da asistencia y asesoramiento, y al mismo tiempo, trabaja también con comunidades indígenas que han sido desplazadas a causa de los enfrentamientos.
+ de 50.000
población refugiada reasentada en América. La mayoría en Canadá y USA.
25.000
Personas en pobreza extrema y alto riesgo recibieron ayuda económica de ACNUR.
Más de 500
Personas en situación de vulnerabilidad en Costa Rica fueron transferidas a otros países.
El liderazgo de esta región en la construcción de un espacio de protección seguirá siendo un ejemplo para el mundo.
António Guterres, ex Alto Comisionado de ACNUR,