La situación en Venezuela en las últimas semanas no hace más que empeorar. Al llegar a las fronteras de Colombia, Perú o Brasil las colas se alargan durante horas para recibir comida, agua o medicinas, y Ecuador ya ha declarado estado de emergencia ante la falta de recursos.
Muchos llegan a pie tras días o semanas en condiciones precarias. Quienes no tienen recursos se ven obligados a dormir en parques y a mendigar a cambio de comida. Muchos son mujeres y niños en riesgo o madres solas en peligro de explotación, abusos o tráfico sexual.
ACNUR trabaja para identificar a las personas más vulnerables, como madres solas o menores no acompañados, para darles protección y material de ayuda y un lugar seguro donde refugiarse. 8.500 venezolanos en riesgo de tráfico sexual y violencia de género han sido identificados, pero el aumento de llegadas, en una emergencia con solo el 51% de los fondos financiados, urge a enviar más ayuda.