En esta revista no te enseñaremos rostros ni de mujeres ni de niñas. Su futuro y seguridad son inciertos. La emergencia en Afganistán no ha cesado. Por eso, ACNUR sigue trabajando en el país para ayudar a los más vulnerables. Eso significa permanecer en la emergencia y dar respuesta a las necesidades. Gracias por tu apoyo, gracias por seguir con ellos cuando más lo necesitan.
Víctimas de la triple C

Conflicto, COVID-19 y cambio climático
La de Afganistán es considerada una emergencia de la triple C. La población de este país sufre en sus entrañas el conflicto desde hace cuatro décadas y ahora también las duras consecuencias del cambio climático y de la COVID-19.
Estas niñas de la imagen (izquierda) no corren porque estén jugando. Corren para protegerse del polvo que está levantando el viento en el campo de desplazados internos donde viven al norte de Afganistán. Huyeron junto a su familia de la violencia para refugiarse en este lugar. Hoy lo hacen de las inclemencias del clima en un lugar en el que también es difícil protegerse de la COVID-19.
ACNUR sigue allí
ACNUR opera en Afganistán desde hace más de 40 años, cuando este país entró en una espiral de violencia. Actualmente lidera la respuesta en materia de refugio y protección.
ACNUR no deja de repetir que, hasta que las condiciones de seguridad se lo permitan, seguirá dando asistencia y protección a la población desplazada interna en Afganistán tal y como lo ha hecho durante las últimas cuatro décadas.

Respuesta de emergencia

Ayuda económica

Apoyo psicosocial

“Nunca os rindáis”
El rostro de la “Doctora Saleema” sí podemos mostrártelo porque se encuentra refugiada en Pakistán y acaba de hacer historia recibiendo un Premio Nansen regional de ACNUR. La esperanza también tiene cabida en esta emergencia.
Saleema Rehman nació en un campo de refugiados en Pakistán. Sus padres huyeron de Afganistán y se refugiaron en este país vecino hace 30 años. Al nacer, Saleema estuvo a punto de morir. Su madre tardó en recibir asistencia médica y las probabilidades de sobrevivir para Saleema se iban reduciendo minuto a minuto. Su padre, que desconocía si Saleema sería una niña o un niño, se juró que, si el bebé nacía con vida, haría todo lo posible para que estudiara medicina. La perseverancia fue el sello de identidad de Saleema antes, incluso, de salir al mundo y esta pequeña gran victoria hizo que su familia la llamara desde pequeña “Doctora Saleema”. Actualmente, Pakistán e Irán acogen a 2,2 millones de refugiados afganos, el 90 % de los que hay en todo el mundo. ACNUR desarrolla planes de respuesta en ambos países ante la posible llegada de más refugiados.