En 2017, una de las mayores sequías de la historia arrasó la región de Cuerno de África. Los cultivos se echaban a perder y el ganado moría ante la falta de pastos. Sólo en Somalia, 893.000 personas huyeron de esta situación, fomentada en gran medida, por el conflicto que sufre el país, la inseguridad y la falta de acceso a la ayuda humanitaria.
Pero la falta de fondos para crisis olvidadas como la de Somalia hace que, muchas veces, la única opción sea recortar en las raciones de comida que se envían a los campos. Cuando pasar hambre se convierte en lo normal, lo único que nos queda es estar locos.
75%
De los niños llegan a Etiopía con desnutrición.
844.000
Somalíes recibieron ayuda de ACNUR en 2017.
Sólo el 5%
De la financiación para 2018 está cubierta.