Día Mundial de la Salud: la sanidad derecho fundamental

El derecho a la sanidad y el derecho a la salud están íntimamente ligados. La salud es esencial para cualquier ser humano, ya que su falta no permite vivir plenamente. La Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que “… el goce del máximo grado de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”.

En el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece lo siguiente: “1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; (…) 2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos dentro o fuera del matrimonio, tienen derecho a igual protección social”.

El 7 de abril de 1948 se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS), fecha en la que se conmemora, cada año, el Día Mundial de la Salud. Días como estos son importantes para seguir luchando por el derecho a la salud de millones de personas en el mundo que, desgraciadamente, cada vez está más amenazado.

En este 2024, el lema de este Día Mundial de la Salud es "Mi salud, mi derecho". Se escogió para defender el derecho de todas las personas, independientemente de dónde estén, a tener acceso a servicios de salud, a educación y a información de calidad, así como a agua potable, aire limpio, buena alimentación, vivienda de calidad, condiciones laborales y ambientales decentes, y a no ser discriminadas.

Actualmente, las enfermedades y los desastres amenazan a la población y se consideran las principales causas de muerte y discapacidad. Por otro lado, los conflictos dejan a su paso no solo muerte sino también hambre, vidas truncadas y un gran daño psicológico en quienes los sufren.

Otra de las causas de muchas enfermedades es la contaminación provocada por la quema de combustibles fósiles y que forman parte de la crisis climática y nos arrebata el derecho a respirar un aire limpio. Según la OMS, la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior se cobra una vida cada cinco segundos.

Por otro lado, según el Consejo de la OMS sobre los Aspectos Económicos de la Salud para Todos, al menos 140 países reconocen la salud como un derecho humano en su constitución. Sin embargo, ninguno de ellos promulga ni aplica leyes que garanticen a sus poblaciones el derecho a acceder a los servicios de salud. Esto explica que al menos 4500 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no estuvieran plenamente cubiertas por servicios de salud esenciales en 2021.

Las personas refugiadas y desplazadas son especialmente vulnerables ante los problemas de salud por las situaciones tan complicadas por las que tienen que pasar y por eso, ACNUR trabaja para garantizar su derecho a la sanidad.

Foto: © ACNUR/Pauline Omagwa

El derecho a la salud tiene una serie de elementos que son los siguientes:

• El Estado tiene la obligación de proporcionar un sistema de protección sanitaria. Es decir, el derecho a la salud supone que cada persona tiene derecho a la asistencia médica. Por lo tanto, cada país tendrá que asegurar:
  • Un sistema de protección de la salud.
  • La prevención de las enfermedades.
  • El acceso a los medicamentos.
  • La promoción de la salud materna e infantil.
  • La educación sobre la salud.
• El derecho a la salud garantiza que los ciudadanos accedan al sistema sanitario sin discriminación por razón de sexo, raza, edad, etnia, religión, etc. La igualdad en el acceso a la sanidad supone la necesidad de que la legislación de los Estados se adapte para lograrla.
• La importancia del cuidado de la salud de los niños. En este sentido, la prevención tiene un papel esencial para evitar que se propaguen enfermedades infecciosas. Dicha prevención se realizará fundamentalmente a través de vacunas como las de la tuberculosis, la difteria o la poliomielitis.
• El derecho a la salud supone el tener acceso a agua potable, saneamiento, alimentación, vivienda e información en relación con la salud.

En el año 2012 se reformó el sistema sanitario español, de forma que pasó de un modelo en el que recibían asistencia sanitaria las persona residentes en territorio español a un modelo basado en el concepto de beneficiario y asegurado. Según la regulación española, tienen la condición de asegurado las siguientes personas:

• Los trabajadores por cuenta propia o ajena, afiliados a la Seguridad Social y de alta o en situación asimilada al alta.
• Los pensionistas de la Seguridad Social.
• Las personas que perciben una prestación de la Seguridad Social como la prestación por desempleo.
• Las personas que hayan agotado la prestación, el subsidio por desempleo o prestaciones similares, se encuentren en situación de desempleo, no acrediten la condición de asegurado y residan en España.

En el caso de los extranjeros, podrán acceder a la asistencia sanitaria pública española en los siguientes casos:

• Cuando residan legalmente en España, sean trabajadores por cuenta ajena o propia y estén afiliados a la Seguridad Social o en situación asimilada al alta.
• En el caso de que sean pensionistas o reciban otra prestación de la Seguridad Social.
• En los supuestos de ciudadanos de un país de la Unión Europea, el Espacio Económico Europeo o Suiza, o de ciudadanos de otro país con autorización para residir en España.
• En el resto de los casos también se tendrá derecho en algunas de las siguientes circunstancias:
  • Asilado político con autorización de residencia en España.
  • Víctima de trata de seres humanos.
  • Enfermedad grave, accidente o atención al embarazo.
  • Menores de 18 años.

Como has podido ver, existe una relación muy estrecha entre el derecho a la sanidad y el derecho a la salud y está en manos de los Estados el garantizar esos derechos y preservarlos a través de la normativa que se apruebe.