En el campo de refugiados de Zaatari (Jordania) viven alrededor de 80.000 refugiados sirios. Lo que comenzó como una solución temporal es hoy una ciudad perfectamente organizada y ordenada.
Desde hace dos años, un grupo de refugiados del campo y científicos de la Universidad de Sheffield trabajan para crear una forma de producir alimentos sanos y frescos con solo agua y viejos colchones de espuma. Una forma eficiente y respetuosa con el medioambiente de producir alimentos y reciclar materiales que ya no se usan.
En un país como Jordania, donde el agua escasea, los refugiados de Zaatari pueden cultivar y consumir alimentos como tomates, pimientos, berenjenas, albahaca o pepinos.
Utilizar este tipo de cultivos tiene ventajas de muchos tipos: económicas, medioambientales, alimenticias o sociales, como, por ejemplo:
La fórmula de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) contribuye a mitigar los efectos de la crisis climática. Con estos cultivos hidropónicos se reduce la cantidad de agua necesaria para cultivar, se reutiliza un material que ya no servía, como los colchones, y se reciclan otros para otros fines, como un vaso de plástico que ahora sirve para plantar una semilla.
En el campo, los refugiados reciben formaciones sobre este nuevo método de agricultura para poder realizar sus propios cultivos. Mantener sus hogares verdes les hace sentir como en casa. Además, es una forma de estar activos y de sentirse productivos, ya que es una labor que les ocupa unas cinco o seis horas diarias.
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