Miles de refugiados pasan por aquí en su ruta por Europa y la ciudad se ha volcado con ellos. “Nadie les conoce, pero el corazón de nuestra gente está con ellos” afirma. “La situación es muy difícil, muchos refugiados están cruzando nuestra frontera. Queremos ayudarles, apoyarles, darles comida y alimentos… Pero no es una solución política” reconoce. Gerhard espera que los líderes europeos encuentren “un camino, una estrategia para encontrar una solución real a este problema”.