Helena Christensen lleva muchos años trabajando como supermodelo profesional y su carrera como fotógrafa ha pasado quizá más desapercibida. Sin embargo, la artista lleva años retratando con su cámara junto a ACNUR las realidades de muchas de las personas obligadas a huir de la guerra. Hoy, viajamos con ella a Ucrania para conocer a Oleg, un superhéroe de verdad, de los de carne y hueso.
Cuando Helena Christensen viajó a Ucrania con ACNUR pudo ver con sus propios ojos el fiel retrato de la guerra. Lo que antes eran hogares llenos de vida se habían convertido en un montón de escombros y polvo que Helena Christensen quiso inmortalizar con su lente.
Allí fue donde conoció a Oleg y se dio cuenta que en él había una historia que debía ser contada. En un país donde más de 3 años de guerra han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares, con personas como él quedaba esperanza.
Desde que estalló el conflicto en el Donbass, casi dos millones de ucranianos han huido hacia zonas seguras. Otros, se quedaron allí ante la imposibilidad de resistir tan largo viaje a la intemperie. La mayoría, ancianos y enfermos. Junto a ellos está hoy Oleg, un superhéroe de carne y hueso.
Tener más de 80 años en medio de las bombas y el gélido invierno ucraniano ha convertido la vida de muchos en una lucha por la supervivencia. En aldeas con más de un 50% de ancianos, se oye a menudo comparar las dos guerras que llevan a sus espaldas. Supervivientes de la II Guerra Mundial se enfrentan a hogares inhabitables destrozados por las bombas que han dejado el daño suficiente para no poder escapar del frío invierno.
Consciente de la realidad, Oleg se decidió a ayudar a decenas de ancianos olvidados de los que nadie se hacía cargo. Este superhéroe les evacuó de las zonas más peligrosas cargando con ellos a sus espaldas hasta llevarles a un lugar seguro. Hoy, Oleg ha creado un hogar donde cuidarles se ha convertido en toda su vida.
La frágil situación en la que se encuentran hoy miles de ancianos empujó a Oleg a dejar su trabajo y a dedicarse en cuerpo y alma a ayudar a decenas de personas mayores, arriesgando su propia vida cruzando la línea de combate para conseguir suministros. Ahora, tiene claro que pase lo que pase no les abandonará, aunque muchos no entienden que siga ocupándose de ellos. “¿Cómo iba a dormir por las noches?”, les responde.
Helen Christensen decidió plasmar la historia de Oleg con su cámara para hacer que su voz se escuche más allá de sus fronteras. La solidaridad de este superhéroe de carne y hueso es un ejemplo para el mundo mientras otros muchos ancianos siguen atrapados en una guerra que no acaba y necesitan ayuda para recibir comida, agua y medicinas.
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