Informe anual de ACNUR 2018

9 de septiembre, 2019

Tiempo de lectura: 4 minutos

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ASIA Y PACÍFICO

ACNUR ofreció refugio a más de 10.000 supervivientes del terremoto de Indonesia. También siguió atendiendo la emergencia rohingya y la situación prolongada de desplazamiento de Afganistán.

A finales de 2018, en esta parte del mundo había 9,5 millones de personas desplazadas por la violencia y más de 1.300 trabajadores de ACNUR en un total de 19 países. La Agencia trabajó conjuntamente con otras 159 organizaciones para cumplir con su labor de asistencia a las personas desplazadas y refugiadas.

En concreto, en Afganistán había 2,4 millones de refugiados y 2,1 millones de desplazados internos. El número de refugiados rohingyas ascendía a 906.600 y en Indonesia más de 200.000 personas estaban desplazadas.

ÁFRICA

Shaital (izquierda) se dedica al cultivo de arroz tras recibir una formación por parte de ACNUR. Con el dinero que gana, puede pagar la educación de sus hijos. Huyeron de la República Democrática del Congo y ahora viven refugiados en Uganda.

ACNUR trabajó en 2018 sin cesar en esta región en la que, en los últimos diez años, el número de personas desplazadas se ha casi triplicado. Estuvo presente en 38 países y cuentó con 5.136 trabajadores para atender a 26,4 millones de personas desplazadas a causa de la violencia.

El 78,5% de los refugiados africanos viven en campos y otros asentamientos. En 2018, ACNUR atendió emergencias en países como República Centroafricana, Nigeria, Sudán del Sur y República Democrática del Congo.

ORIENTE MEDIO Y NORTE DE ÁFRICA

Lattay tiene 17 años y es de Eritrea. Se dirigió hacia Europa huyendo de la represión de su país. Al llegar a Libia, fue secuestrada por redes criminales y después retenida en un centro de detención. Al ser liberada, ACNUR la evacuó en avión hasta Níger. Esta foto se la hicieron poco antes de tomar el vuelo.

Las crisis de Siria, Yemen e Irak son algunas de las más graves en el mundo. En 2018, ACNUR tuvo presencia en 18 países y atendió estas situaciones y otras en la región mediante asistencia legal y humanitaria. Para ello, contó con una red de 2.511 trabajadores que proporcionaron ayuda a las 15 millones de personas desplazadas en la región a causa de la violencia.

3,6 millones de refugiados y desplazados internos sirios e iraquíes se beneficiaron del plan de invierno de ACNUR y 839.000 niños en la región participaron en programas de apoyo psicosocial.

Escapan, corren, se lanzan al mar, se esconden. Todo por no morir, todo por encontrarte

Francesco Sciacca, Director general del Comité español de ACNUR.

SU ÚNICA OPCIÓN, Y LA NUESTRA

Como bien sabes, ningún refugiado ha querido abandonar su hogar. Para no morir, no han tenido otra opción que huir. Esto explica que el 80% viva en sus países vecinos. Así, el regreso a casa en un futuro será más fácil. Porque nuestro hogar es el lugar al que siempre queremos volver. Menos aún quieren arriesgar su vida en travesías tan peligrosas como la del Mediterráneo para estar a salvo. Sin embargo, y aunque resulte paradójico, sus ganas de vivir les empujan a hacerlo.

Escapan, corren, se lanzan al mar, se esconden. Todo por no morir, todo por encontrarte. Sí, a ti, porque con tu colaboración, tú también eres ACNUR. Su esperanza es encontrar a alguien al final del camino que les tienda una mano amiga y les ofrezca protección y asistencia. Cuando pienso en ello, la empatía me inunda: yo haría lo mismo. ¿Y quién no? Conscientes de esta realidad, y coordinados con ACNUR, gobiernos, organizaciones internacionales, sociedad civil, sector privado y expertos aprobaron en 2018 el Pacto Mundial sobre los Refugiados para asumir una responsabilidad compartida y global a la hora de dar una respuesta a la población refugiada. Se trata de uno de los grandes logros de ACNUR el año pasado y de un hecho insólito del que formas parte.

En estos tiempos de desinformación, bulos y rumores, es más necesario que nunca. A ti, que has recibido esta memoria, quiero darte las gracias porque tú ya te has puesto en la piel de los refugiados. Cuando fuiste consciente de su situación, no te quedó otra opción que tenderles tu mano. La vida está llena de irremediables únicas opciones que merecen la pena. Si los refugiados no se rinden, nosotros tampoco. Por tu empatía, solidaridad y lucha por la dignidad de las personas refugiadas, GRACIAS

Francesco Sciacca Director general del Comité español de ACNUR