Desde 2010, Javier López-Cifuentes está destinado en Kenia, donde se encuentra el campo de refugiados más grande del mundo, Dadaab. Este trabajador humanitario con más de 25 años de experiencia en distintos países y operaciones de emergencia con ACNUR, está viviendo de primera mano la crisis en el Cuerno de África y es un gran conocedor de la problemática de refugiados y desplazados del África Subsahariana.
Hola Javier, ¿cómo está el tema de la seguridad en Dadaab?
Tenemos que poner las cosas en perspectiva. Dadaab es un campamento, mejor dicho un complejo formado por cinco campamentos con una población de casi medio millón de habitantes, lo que la convierte en la tercera ciudad de Kenia después de Nairobi y Mombasa.
Los campos se encuentran a unos 90 Km. de la frontera con Somalia. Hasta ahora la frontera era extremadamente porosa y difícil de controlar. Tras la entrada del ejercito keniano en Somalia, hay un mejor y mayor control, sin embargo es imposible de controlar totalmente la frontera y siempre existe la posibilidad de que grupos o elementos armados entren en el campamento.
Bandidismo y secuestro por dinero han sido tradicionalmente frecuentes en esta zona del país. Con Somalia al lado y la zona infestada de armas, le seguridad ha sido mejor de lo que uno pudiera esperar.
Sin embargo, tras la invasión de Kenia, la policía, nos escolta a los campamentos. Dos refugiados han sido asesinados y varios efectivos de la policía han muerto en atentados perpetrados en el campamento mediante minas y explosivos artesanales.
Tras la visita del Secretario General de la ONU a Mogadiscio, donde ofreció todo su apoyo al Gobierno de Transición, la ONU pasó también a convertirse en objetivo para Al Sahab.
Los trabajadores humanitarios, mas de mil, residen en un complejo que ha recibido amenazas de Al Sahab. El ACNUR ha intervenido en sucesivas ocasiones para solicitar al gobierno protección policial, mientras reforzamos el perímetro del complejo residencial humanitario.
Después de los atentados, la situación ha permanecido calma, lo que ha posibilitado al ACNUR y las agencias colaboradoras incrementar la distribución de asistencia, y digo incrementar porque nunca se suspendió.
En los medios de comunicación ya apenas se habla. ¿Es que la situación ha mejorado verdaderamente o que esta crisis no es 'mediática', como si lo fueron Haití o la causada por el tsunami en el sudeste asiático? ¿Se vislumbra el final de la crisis? ¿Cuál es la situación ahora mismo en Somalia?
La situación en Somalia no ha mejorado. A la inseguridad reinante el año pasado se sumó una sequía pertinaz que provocó el flujo de casi 1.500 refugiados al día llegando a Dadaab.
Ahora, con el país en guerra y ataques por parte de AMISON, y los ejércitos etiope y keniano, ya me contaras. Sin embargo, si las acciones militares consiguen eliminar Al Sahab de algunas áreas y se puede garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y de la población, esta podría comenzar a regresar y con las excelentes lluvias que han caído y el apoyo de las agencias humanitarias, podría ser el comienzo.
Somalia, como Eritrea, ha padecido del olvido y de no ser crisis mediáticas. Si algo “positivo” ha traído la crisis humanitaria, ha sido conseguir que se vuelva a hablar de Somalia y que las organizaciones humanitarias vuelvan a plantearse una intervención en ese país. La comunidad internacional y la ONU han vuelto a tomar interés en la resolución del conflicto.
La visita del Alto Comisario y luego de Ban Kin Moon, con el énfasis puesto en el incremento de la presencia de las agencias de la ONU en Mogadishu, y las agencias se están moviendo en este sentido. Somalia ha permanecido en el olvido por años, sino aprovechamos ahora la situación, nunca el país volverá a tener una oportunidad como ésta. Pero luego está el tema político, y ese es otro cantar.
¿Cómo conseguimos que la gente de aquí, de a pie (en España), crea que el dinero llega? ¿Que su donación llega y no se queda por el camino?
Bueno, además de los informes que regularmente enviamos , tenemos la evidencia. Pero si la opinión pública desconfía, es difícil de probar con cifras e informes. Lo que necesitamos es confianza. Hacemos un trabajo necesario y con sus más y sus menos, ayudamos a los más necesitados, aquellos que no pueden volver a sus hogares.
¿En qué campamento de Daadab estás? ¿Cuántos cooperantes hay? Ante la situación vivida éste verano, ¿había mucha gente esperando a entrar en el campamento? Y mientras esperaban ¿cómo les podíais ayudar?
Coordino la asistencia y la protección a los 4 campamentos que forman Dadaab. Hay más de mil trabajadores humanitarios (prefiero este término a cooperantes que esta mas relacionado con la ayuda bilateral).
Hemos estado recibiendo casi 1.500 refugiados al día. A todos se les ha dado asistencia desde su llegada y mientras esperaban ser inscritos en el censo por el gobierno. Ahora tras la entrada del ejercito keniano en Somalia, las entradas se han reducido.
La buena estación de las lluvias ha hecho que algunos refugiados, aquellos que vinieron como resultado de la sequía, comiencen a regresar a su país para beneficiarse de la plantación.
¿A día de hoy siguen entrando refugiados en los campamentos o se está a la espera de que se éstos se puedan ampliar para dar cabida a estas personas? También quisiera saber si la gente que se acumula en la entrada de los campamentos recibe algún tipo de ayuda humanitaria mientras esperan para entrar, cuál es y cómo se reparte, ya que tengo entendido que las inmediaciones de los campamentos no son demasiado seguras.
Al momento los números de refugiados solicitando asilo se han reducido. Todos reciben asistencia desde su llegada.
Con la apertura de los campos de Ifo 2 y Cambios, el extrarradio de los campamentos, donde se acumulaban los recién llegados en condiciones de hacinamiento y falta de asistencia, se ha descongestionado y la situación ha mejorado. Ahora todos tienen acceso a los servicios básicos.
¿Desde un punto de vista organizativo, como manejáis un campamento tan grande y qué medidas tomáis para la seguridad de las mujeres?
El campamento está dividido en cinco y dentro del campamento, en secciones lideradas por refugiados. Las agencias emplean también refugiados que en muchos casos, ayudan a gestionar el campamento.
La protección de las mujeres el contexto de los campamentos es un gran desafío. Sin embargo en Dadaab, con programas, capacitación y la mayor presencia policial, la situación ha mejorado en gran manera. Los refugiados tienen sus propios grupos que vigilan la seguridad de las mujeres.
¿Cómo se organiza un Campamento como Dadaab? ¿Cuántos hospitales hay?
Hay cuatro hospitales (el ultimo se abre la semana próxima) y 17 centros de salud.
Los somalíes, ¿cómo pueblo en diáspora, cuentan con importantes mecanismo sociales de autoayuda, cómo han afectado las recientes crisis del campo a dichos mecanismos?
Precisamente la crisis ha sacado a flote esos mecanismos que por decirlo de alguna manera, estaban ocultos por la dependencia de la ayuda humanitaria.
Al no poder visitar los campos, el ACNUR y las ONGs han creado grupos de trabajo en las áreas principales. Estos grupos, formados por refugiados, se han hecho cargo de la recogida de basura, distribución de agua y alimentos, etc.
¿Cómo se organiza la distribución de alimentos, tanto en el campo de refugiados, como para hacerla llegar allí? ¿También cómo se organiza el tema de los residuos?
La comida es proporcionada por el PMA y el ACNUR se encarga de su distribución a través de una agencia (ONG). En cada campamento hay un centro de distribución de comida.
¿Cómo es el día a día de los niños refugiados en los campos…? ¿Van a la escuela, juegan? En algún reportaje he visto que hay redes de voleibol, que se organizan torneos de fútbol. ¿Son conscientes que pueden pasar años hasta que puedan regresar a sus hogares?
Efectivamente, los niños, y lo que es más importante, las niñas, van a la escuela y juegan. Los campos tienen canchas y practican deportes como el fútbol, el baloncesto y el voleibol.
Hago hincapié en lo de las niñas porque tradicionalmente, estas no iban a la escuela. Tras innumerables esfuerzos y campañas, la presencia de niñas en las escuelas primarias ha aumentado significativamente. El reto es ahora extender esa asistencia a la educación secundaria.
¿Cómo es el trabajo diario en un campamento? ¿Cómo vivís los cooperantes dentro de los campamentos? ¿Cuál es tu jornada laboral en Kenia?
La jornada laboral no tiene comienzo ni fin. Si bien por razones de seguridad la presencia en los campamentos estaba limitada, de 8:00 a 18:00, cuando se regresa al complejo residencial, donde esta las oficinas principales y las residencias, se continúa trabajando en informes, reuniones, etc. Y se aprovecha para chequear el correo electrónico. Después, antes o en medio, se cena en las cafeterías de cada complejo agencial.
Algunos colegas preparan la comida en sus casas y son comunes las invitaciones, sobre todo los fines de semana. Esto también ayuda a hacer la dieta más llevadera pues es extremadamente repetitiva, basada en el arroz, los frijoles y la pasta, con algún guisado de cordero. Mínimos vegetales., alguna vez el ubicuo sukuma (una espinaca local).
¿Qué destacarías de tu experiencia en el campamento... qué es lo que recuerdas con más cariño y qué te motiva a dedicar tanto esfuerzo?
Llevo 25 años trabajando con refugiados en campamentos y asentamientos a lo largo y ancho del planeta. Son muchos los recuerdos que tengo, casi todos agradables.
Es un gran trabajo que yo no podría cambiar por ningún otro. Es un trabajo de entrega pero es un trabajo que tiene reconocimiento, la mirada, la sonrisa de gratitud de los refugiados a muchos de los cuales ayudamos a salvar la vida.
Tras tantos años colaborando con los refugiados ¿cuáles son las mayores diferencias que encuentras entre tus primeros años como cooperante y tú trabajo actual? ¿Te enfrentas a los mismos retos? ¿Hay más medios?
Tenemos más medios pero las causas y consecuencias son las mismas. Aplicamos paliativos, la ayuda humanitaria, a problemas que solo pueden tener soluciones políticas.
La mayor diferencia es sin embargo que mientras antes el trabajo humanitario era respetado por los participantes en conflictos, ahora, los trabajadores humanitarios nos hemos convertido en objetivo de esos grupos: secuestros, atentados, etc.
Leo en varios sitios que en el ACNUR muchos trabajadores tienen que trasladarse de un país a otro cada dos o tres años ¿cómo conjuga la vida familiar y profesional un trabajador de ACNUR en el terreno?
Es extremadamente difícil conjugar la vida familiar y de hecho la mayoría de nosotros estamos separados o solteros. Incluso cuando tienes pareja, si estas en un campo, ella no te puede acompañar por razones de seguridad y estas limitado a encuentros cada seis semanas.
Si tienes niños, la cosa se complica aún más. Cambios de país implican cambios de escuela y muchas veces, cambios de sistema educativo. Cuando los niños son pequeños es más fácil realizar esos cambios. Cuando llegan a la adolescencia, las cosas se complican porque las relaciones de amistad que han establecido no pueden continuar y hace de la adopción a otro país un trauma.
Otro problema es que si estas destinado en una capital (de provincia o del estado) en cada traslado tienes que cambiarte de casa y vender primero electrodomésticos y muebles todo para tener volverlo a comprar en el nuevo país.
En el proceso, siempre se pierde. Por eso algunas ONGs, pero no la ONU, proveen a sus trabajadores en estas localidades con residencias mas o menos comunales (aquellos con familias pueden tener casa propia), que están amuebladas.
Esto facilita los desplazamientos y hace que los trabajadores desde el primer día puedan dedicarse a su trabajo humanitario sin necesidad de tener que buscar casa.
¿Cuál es la situación más difícil a la que se ha enfrentado en la emergencia en los campos de refugiados de Dadaab?
La llegada masiva y diaria de refugiados y el desafío de proveer ayuda y salvar vidas, pues los refugiados llegaban en muy malas condiciones.
Algunas madres nos decían que habían tenido que abandonar alguno de sus hijos en el camino para que los otros pudieran sobrevivir. Las historias han sido muy duras, nada de lo que estáis acostumbrados en Europa.
En Somalia la vida vale muy poco y si eres mujer el viaje se convierte en pesadilla.
¿Considera que los cooperantes humanitarios deben dar su vida para proteger las de los demás?
Es una cuestión muy personal. Los trabajadores humanitarios también tienen vidas y vidas que cuentan. Tienen familias y seres queridos. Creo que se debe hacer todo lo posible por proteger y salvar las vidas de los demás pero en condiciones de seguridad.
Me gustaría preguntarle a Javier Lopez-Cifuentes si reciben los trabajadores en las emergencias algún apoyo psicosocial o qué medidas ponen en marcha para no "quemarse".
No era el caso antes pero ahora lo es cada vez más. También tenemos los periodos de vacaciones forzadas, que según la dureza del destino, pueden variar de 6 semanas a tres meses y en los que tienes que salir del campamento. Es la mejor forma de al volver, hacer tu trabajo como es debido y proteger y asistir a los refugiados.
¿Cómo llegaste a ser cooperante de ACNUR? ¿Qué requisitos son necesarios para participar como cooperante? ¿Todos los cooperantes de ACNUR realizan las mismas tareas o hay clasificaciones y cada uno se encarga de tareas diferentes?
La verdad es que fue por accidente pues en 1985 desconocía la existencia del ACNUR.
Estudie Ciencias Políticas y Sociología y me gradué en Antropología Social. Había realizado trabajo de campo y quería volver a Ibero América. Salió una plaza de Voluntario de la ONU con el PNUD para Honduras/El Salvador y allá me fui sin pensármelo dos veces, con la intención de continuar después a México donde tendría la posibilidad de trabajar el INI.
La plaza resulto ser para ACNUR (administrada por el PNUD) y el viaje a México quedó en intención. En aquel momento la entrada era a través del MAE (hoy MAEC).
Hoy el ACNUR tiene páginas web con los puestos que se convocan y el MAEC tiene una Unidad de Funcionarios Internacionales desde donde se hace seguimiento a las postulaciones.
Hay muchas tareas en ACNUR, siendo el mandato la protección de los refugiados. Hay áreas de programa, logística, administración, relaciones con los donantes, etc.
¿Qué escalas laborales hay entre los cooperantes de Acnur? ¿Cuánto cobra cada escala? Hay gente que me dice que os hospedáis en hoteles, ¿hasta qué punto es cierto? Cuándo detectáis una mala praxis, ¿qué mecanismos tenéis a vuestro alcance para denunciarla?
Hay escalas según sea personal nacional trabajando en su país o en el exterior y dentro de cada categoría, basadas en el tipo de tarea.
El salario también está relacionado con el destino, a mayor dureza menos tiempo pero más beneficios (las vacaciones de una semana cada 6 semanas).
Nos hospedamos en hoteles cuando viajamos, si no tenemos un colega generoso que nos invite, pero no residimos en hoteles.
Tenemos un Código de Conducta que el personal del ACNUR tiene la obligación de firmar y comprometerse a respetar. Anualmente se realizan seminarios de discusión y actualización para hacer del Código algo vivo.
Javier, tu expresión es de satisfacción serena. Cuéntanos algo que haga sonreír a los refugiados que apoyáis. ¿Cómo espantan el miedo?
La mejor forma de espantar el temor es saber que el ACNUR y las organizaciones humanitarias están con ellos para asistirlos y protegerlos.
Pero no todo es tensión y trabajo, en este mismo trabajo hay muchas situaciones que además de dar satisfacción, provocan la sonrisa.
Para mi es vital, tomar las cosas con filosofía. Si podemos ayudar con una sonrisa, mucho mejor que con el rostro enjuto.
Damos las gracias a todos/as las personas interesadas en la situación de los campos de refugiados y en especial a estos 24 “entrevistadores” que con su interés han hecho posible este acercamiento a Dadaab: Marián Lucas Rodríguez, Marta Carrascal, Rocío Sánchez Tasende, Alexis Gonzalez, BeaTru Jaguar Ix, Rocío Sánchez Tasende, Miren Ispizua, Jorge Gómez Crespo, Cintia Mercier, Joveneta EnAccio, Moncho Gelabert, Laura Zorrilla Fernandez, Esteban Gorupicz, Ayda Miranda Montenegro, Susana Peña Jiménez, Beatriz López, Jose Manuel Vida, Miriam Lopez, Linda Lrdcie, Joveneta EnAccio, Luisa Canton, Teresa Cal Baudot, Laura Mateos.