Algunos mitos y falsas creencias sobre el desplazamiento por desastres naturales

Los desplazamientos que se producen como consecuencia de desastres naturales son una realidad mundial y un hecho cotidiano. El Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés) ha registrado una media de 24,5 millones de nuevos desplazamientos por desastres al año desde 2008. Esto equivale a 67.000 desplazamientos diarios. A lo largo de años, se han generado algunos mitos sobre los desplazamientos a causa del clima. Entre ellos se encuentran:

FALSO. La evidencia nos dice que los desplazamientos por desastres se pueden prolongar con facilidad y sus repercusiones sociales y económicas pueden alargarse mucho en el tiempo.

En general, se tiende a pensar que después de un desplazamiento por una catástrofe la gente vuelve y reconstruye su hogar y recupera sus medios de vida rápidamente.

Detrás de esta creencia podría estar la falta de seguimiento después de una evacuación. En el peor de los casos, puede que los mecanismos de respuesta de los estados no reconozcan los desplazamientos forzados por desastres, y en el mejor de los casos, que subestiman su magnitud. De esto, se podría deducir, además, que no hay programas para responder a los desplazamientos prolongados en estos casos. También significaría que la ayuda y el apoyo que reciben los desplazados internos son muy limitados.

Costes del desplazamiento

Durante los incendios forestales ocurridos en Australia el pasado verano, cada día perdido de trabajo como consecuencia del desplazamiento supuso, de media, una pérdida económica de 510 dólares al día.

Si cada persona perdiera solo dos días de trabajo, la pérdida ascendería a más de 500.000 dólares. Lo que demuestra que los costes se disparan rápidamente si una catástrofe provoca una destrucción importante de las viviendas, porque se retrasa el regreso de los desplazados a sus hogares y a su trabajo.

El coste de cubrir las necesidades de alojamiento temporal de las personas que perdieron sus casas en los incendios del Verano Negro en Australia se estimó en 52 millones de dólares.

FALSO. Los desplazamientos por catástrofes afectan a las personas de manera diferente.

El desplazamiento puede impactar de manera distinta según la edad, el género, las capacidades u otras características. Los bebés pueden necesitar vacunas y suplementos nutricionales; los niños en edad escolar apoyo educativo y los jóvenes formación profesional. Conocer cómo afecta el desplazamiento a la educación es especialmente importante porque sus repercusiones son a largo plazo.

Las personas con discapacidad son especialmente vulnerables a los impactos del desplazamiento. Les puede resultar más difícil llegar a un refugio o acceder a la ayuda humanitaria, y pueden correr un mayor riesgo de abandono, abuso y violencia. Saber cuántos desplazados internos hay y la naturaleza de su condición es esencial para diseñar políticas y programas que los incluyan, pero esta información es aún escasa.

Otros factores importantes a tener en cuenta podrían ser la pertenencia a una minoría sexual o étnica, a un grupo indígena o una familia de bajos ingresos.

FALSO. Las pequeñas crisis no deberían ser ignoradas. Más de la mitad de los nuevos desplazamientos por desastres que se registraron en todo el mundo en 2020 fueron provocados por solo diez catástrofes. Los fenómenos a menor escala son más comunes que los grandes, pero tienden a ser subestimados, a pesar de que puedan frenar el desarrollo y retrasar el bienestar y el potencial de las personas y las comunidades.

Los desencadenantes y los impactos de muchos desplazamientos a pequeña escala están más relacionados con las vulnerabilidades de las poblaciones afectadas que con los peligros en sí. Por eso, sus consecuencias negativas podrían evitarse o reducirse significativamente si se mejorasen, por ejemplo, las regulaciones del uso de la tierra, la protección social y la cobertura de los seguros, que reducen el nivel de exposición de las personas a estos desastres naturales.

FALSO. A veces, la respuesta a una situación de desastre puede generar más riesgo. La capacidad de movimiento de las personas es un aspecto clave de su resiliencia, ya que les permite escapar del peligro y acceder a los recursos que necesitan para recuperarse de las catástrofes. Sin embargo, cuando se desplazan dejan todo atrás para enfrentarse a nuevos riesgos en el desplazamiento. Pasan de un paisaje de riesgo conocido a otro menos familiar.

Muchos desplazados internos no tienen otra alternativa que trasladarse a zonas muy expuestas a peligros. Algunos asentamientos tienden a estar mal planificados, con viviendas de baja calidad y con escasos servicios básicos. Estos factores aumentan su vulnerabilidad y el riesgo de nuevos desplazamientos.

FALSO. De hecho, los que permanecen en el lugar pueden verse igualmente afectados. En algunos casos, incluso se les considera desplazados.

Cuando ocurre una catástrofe no todo el mundo necesariamente huye. El “desplazamiento in-situ” se puede producir por varios motivos, como la pobreza, la discapacidad, las preferencias individuales, la percepción del riesgo que tengan las personas o por aspectos culturales.

Por ejemplo, los habitantes de algunas islas del Pacífico que ven cómo sube el nivel del mar de manera inevitable, pueden optar por quedarse.

Los factores que influyen en la decisión de las personas de permanecer en un lugar, a pesar de las alertas tempranas y los peligros, pueden ser variados y son muy personales.

A menudo, se pasa por alto la importancia que tiene abordar las vulnerabilidades de las personas para evitar o reducir los desplazamientos por desastres naturales derivados de la emergencia climática.