El reasentamiento, una solución con la que todos ganan

Muchos refugiados no pueden volver a su país por culpa de los conflictos, las guerras o la persecución. Por circunstancias, muchos tampoco pueden quedarse en el país donde inicialmente buscaron protección. En estos casos, ACNUR ayuda a reasentar a los refugiados a un tercer país.

El reasentamiento es una solución duradera que implica la reubicación de refugiados de un país de asilo a un tercer país. ACNUR tiene el mandato de contemplar el reasentamiento como una de sus tres soluciones duraderas. Se trata de un instrumento fundamental para la protección de los refugiados más vulnerables. También es un mecanismo tangible para compartir responsabilidades y una demostración de solidaridad, que permite a los estados ayudar a compartir las cargas de cada uno y reducir el impacto de las grandes poblaciones de refugiados en los países de acogida.

Se utiliza para ayudar a los refugiados en países que no pueden proporcionarles protección y apoyo adecuados.

En la última década, el número de estados que proporcionaron plazas de reasentamiento aumentó de 24 en 2010 a un máximo de 35 en 2016 y 2017, para volver a disminuir a 29 en 2018 y 2019.

Al final de esta década, solo había un lugar de reasentamiento disponible para cada 20 refugiados que lo necesitaran. A medida que el número de refugiados ha ido aumentando, el número de plazas de reasentamiento que ofrecían los estados se ha mantenido muy por debajo de 100.000 entre 2011 y 2013. Ascendió gradualmente hasta un pico de más de 163.000 solicitudes de reasentamiento de ACNUR en 2016 para caer a casi la mitad de esa cifra, unos 81.000, tanto en 2018 como en 2019.

Los países europeos han aumentado su proporción de plazas de reasentamiento disponibles desde unas 6.000 anuales al principio de la década a más de 30.000 en 2019. En total, más de 144.000 refugiados han sido admitidos por los países europeos entre 2010 y 2019.

En 2019, 107.800 refugiados fueron reasentados en 26 países de todo el mundo con o sin asistencia de ACNUR, incluidos 31.100 reasentamientos que se llevaron a cabo en Canadá. EE.UU. admitió a 27.500 y Australia a 18.200.

El reasentamiento es facilitado principalmente por ACNUR en la mayoría de los países del mundo. Sin embargo, en Canadá, casi 3 de cada 5 (58%) de los reasentamientos entre 2010 y 2019 se realizaron mediante planes de reasentamiento con patrocinio privado, una forma de involucrar a la sociedad civil y a las comunidades locales para que contribuyan directamente con la protección de los refugiados.

Los planes de reasentamiento eficientes y eficaces benefician a los estados de acogida. Varios estudios publicados en la última década demostraron que los refugiados reasentados contribuyen significativamente al tejido económico y social de las comunidades.

Una investigación encargada en 2019 por ACNUR muestra que en Canadá los refugiados están creando puestos de trabajo para ellos y para otros canadienses. Casi 1 de cada 7 refugiados trabaja por cuenta propia o es dueño de negocios.

Esta investigación demostró, además, que 20 años después de haber sido reasentados allí, los refugiados contribuían más en el impuesto sobre la renta de lo que recibían en prestaciones y servicios públicos.

Los refugiados son, de media, 11 años más jóvenes que los nacidos en Canadá. Esto significa que es más probable que estén en edad de trabajar y con muchos años por delante para contribuir.

Varios informes de Deloitte Access Economics, incluido uno publicado en agosto de 2018 sobre la ciudad australiana de Bendigo, subrayan los beneficios del reasentamiento, tanto para la comunidad de acogida como para la reasentada.

Bendigo cuenta con 110.000 habitantes. Al menos, 800 refugiados karen, una etnia procedente del este de Myanmar, fueron reasentados allí entre 2007 y 2018. La comunidad local afirma que el reasentamiento ha tenido “un impacto inesperado y positivo en la comunidad en general y ha permitido que se aprecie la contribución que los nuevos residentes pueden hacer”.

Además de la contribución social, el informe estima que, en un período de diez años, el impacto económico total del reasentamiento regional de la población karen en la economía de Bendigo fue de algo más de 67 millones de dólares australianos (en términos de valor actual neto), con un impacto asociado en el empleo de 177 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

La investigación indica que el fuerte liderazgo tanto de la comunidad de acogida como de la reasentada, las oportunidades de empleo y de vivienda asequible y el apoyo prestado en la transición de la escuela al trabajo son algunas de las razones que están detrás del éxito del reasentamiento en Bendigo. También la capacidad de respuesta de los servicios de la región y las ventajas naturales de las ciudades relativamente pequeñas.

El reasentamiento cambia la vida a miles de refugiados. Es un desafío y, a la vez, una recompensa. A menudo, los refugiados son reasentados en países donde la sociedad, el idioma y la cultura son completamente diferentes y nuevos para ellos.

La integración beneficia a la población reasentada y a la comunidad de acogida. ACNUR, los gobiernos y las ONG trabajan para facilitar la integración de las personas refugiadas.