Refugiados en bicicleta: un proyecto solidario en Londres

9 de junio, 2017

Tiempo de lectura: 3 minutos

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En 2015, Reino Unido acogía a más de 168.000 refugiados y solicitantes de asilo de distintas nacionalidades. Al llegar a la capital, los altos precios y su falta de recursos suponen un gran obstáculo para poder empezar una nueva vida desde cero.

Por ello, decenas de voluntarios han decidido emprender este bonito proyecto para ayudar a refugiados en la ciudad. Recogen bicicletas de segunda mano, las reparan y las donan a refugiados y solicitantes de asilo en Reino Unido.

Un proyecto solidario para mitigar los altos precios del transporte

Todo empezó cuando su fundador, Jem Stein, estudiaba Economía en la escuela de Londres. Fue allí donde conoció a Adam, un refugiado de la región de Darfur del que era mentor. Jem se sorprendió al saber que Adam vivía con un presupuesto semanal de 36 libras, unos 41 €.

Con ese dinero, una persona apenas podría pagar el metro en la capital británica, lo que inspiró a Jem a fundar The Bike Project, un proyecto solidario que permitiría a personas como Adam ir a la escuela, al médico y tramitar su solicitud de asilo.

“Los solicitantes de asilo vienen aquí sin nada. Muchos se han enfrentado a persecuciones y torturas en su país. Cuando llegan, no pueden trabajar y se ven obligados a vivir con 36 libras semanales. Londres es una ciudad rica en oportunidades. Una bicicleta puede ayudarles a alcanzar ONG donde conseguir comida, abogados que les ayuden en sus solicitudes de asilo, citas en el Ministerio del Interior, cuidados médicos, educación y mucho más”

Jem Stein, fundador de The Bike Project.

Una bicicleta oxidada o un pasaporte para la capital británica

La misma bicicleta oxidada que lleva meses o años en trasteros y balcones esperando a ser usada o arreglada por miles de londinenses puede cambiar el día a día de un refugiado recién llegado a la ciudad. Eso es lo que pensó Jem, el fundador de The Bike Project, cuando decidió ofrecer la posibilidad de moverse a miles de personas que no tienen dinero para pagar los altos precios del transporte en la capital ofreciéndoles bicicletas de segunda mano.

Para cientos de refugiados y solicitantes de asilo, estas bicicletas son un pasaporte a las puertas de la ciudad que les da la movilidad necesaria para su independencia o una oportunidad para trabajar.

Cuando empezó, Jem estaba solo en un pequeño espacio y conseguía dar entre 10 y 15 bicicletas cada mes. Cuatro años más tarde, un grupo de voluntarios amantes de las bicicletas con base en el sur de Londres forma parte de este proyecto solidario que está cambiando la vida de cientos de personas.

Ahora, Jem y el equipo de voluntarios que le rodean donan 90 bicicletas cada mes a quienes más las necesitan y enseña a refugiados y voluntarios cómo arreglar y mantener las bicicletas. Un proyecto que espera poder llevar a otras ciudades para que miles de refugiados de todo Reino Unido puedan seguir muchos años sobre ruedas.