Para quienes tenemos la suerte de vivir en el confort y la seguridad, el impacto psicológico de huir de nuestra casa a causa de la guerra, persecuciones o desastres es difícil de imaginar.
En los diccionarios, resiliencia significa capacidad de adaptación frente a un agente perturbador, un estado o situación adversos. Para más de 65 millones de personas, resiliencia es la capacidad de superar el dolor tras haber perdido todo.
Refugiados y desplazados tienen que huir de su casa, muchas veces con nada más que lo puesto. Pero lejos de estar traumatizados, la mayoría son “sorprendentemente resilientes”, según un estudio de la OMS. Los estudios muestran que sólo el 20% desarrolla problemas mentales leves o moderados como el Trastorno de Estrés Postraumático.
3 historias de resiliencia y generosidad
La historia de estas 3 refugiadas tiene algo en común. Todas han conseguido superar el dolor frente a la pérdida con generosidad y ayudando a otras personas.
Entrevista a Pieter Ventevogel, asesor de salud mental en ACNUR.
- Según la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de los desplazados forzosos responde de una forma “normal”. ¿Cuál es la reacción normal para las personas que han perdido todo? Frecuentemente se han enfrentado a situaciones horribles y eso hace a la gente infeliz. ¿Qué puedes esperar si tu casa se ha destruido, has tenido que escapar y todo tu círculo social ha colapsado? Vemos a mucha gente molesta, angustiada, que no puede dormir bien. Están enfadados y tristes. Esto es una reacción comprensible que pasará cuando la situación mejore.
- ¿Te sorprende la resiliencia que muestran los refugiados? Mucho. Cuando visito los campos me pregunto: ¿qué haría yo en esta situación? ¿sería capaz de lidiar con la pobreza y la falta de perspectivas? Me sorprende la resiliencia de los refugiados, la forma en la que son capaces de prosperar frente a la adversidad.
- ¿Cuáles son los desórdenes psicológicos más comunes? Entre el 15 y el 20% sufren problemas mentales, la mayoría de forma leve o moderada. Tienen que ver con la pérdida y el dolor, que a veces conduce a la depresión. Estas personas han perdido seres queridos o el hecho de “ser alguien”.
- ¿Cómo se puede ayudar? Algunas de las intervenciones en la salud mental más potentes no son médicas: están relacionadas con empoderar a la gente, con el apoyo de las comunidades de refugiados. Han llegado aquí por casualidad y necesitan recrear sus conexiones sociales. Ahora se habla de implicar a los refugiados en la ayuda, que es quizás una de las mayores intervenciones mentales que se pueden hacer.
A pesar de la fortaleza mental y resiliencia de estos millones de refugiados, la ayuda humanitaria sigue siendo imprescindible para su supervivencia. En África, 27.000 víctimas de la violencia sexual han recibido apoyo psicológico gracias a ACNUR.