3,6 millones de personas han tenido que huir de sus hogares desde que se inició la guerra en Yemen, en 2015. El 80% de los desplazados internos se encuentran en esa situación desde hace más de un año. Desde principios de 2019, 66.499 nuevas familias han tenido que desplazarse a la fuerza.
Los niños y niñas se ven obligados a dejar la escuela y ponerse a trabajar o a pedir dinero en la calle. El 80 % de la población necesita ayuda humanitaria para sobrevivir.
24 millones
de personas necesitan ayuda humanitaria
269.388
refugiados
1,28 millones
de desplazados internos han retornado
El panorama es desolador. La guerra en Yemen ha dejado horror a su paso, pero aún queda el impulso de seguir hacia adelante y el afán de superación de mucha gente. Las historias que vienen a continuación lo demuestran.
Salah tiene hoy 15 años. Proviene de Taiz, al suroeste de Yemen. Durante los últimos años, ha estado viviendo en un refugio improvisado al sur del país. Huyó hace dos años con su abuela y su hermana de los bombardeos en su ciudad, dejando atrás a sus padres, que no quisieron abandonar su hogar ni su ganado.
En 2017, su mejor amigo murió cuando una mina terrestre explotó mientras paseaban por el campo. Él sufrió la amputación de su pierna y su mano izquierdas: “Cuando me di cuenta de que había perdido la pierna y la mano, quedé devastado”. Posteriormente, gracias a la ayuda de una organización local recibió una prótesis que le permitía realizar un viaje de dos horas para ir la escuela, donde está reanudando sus estudios.
Ahora, Salah quiere ser médico para ayudar a otras personas a sanar las heridas de la guerra.
ACNUR ha estado apoyando la participación de los niños refugiados en el Parlamento Juvenil de Yemen desde 2012. De los 71 miembros que lo componen, 10 niños son refugiados y desplazados internos.
En julio de 2019, los representantes asistieron a una reunión bianual del Parlamento, donde transmitieron varios mensajes sobre los derechos de los refugiados y los desplazados internos en Yemen. A lo largo del año, también se organizan actividades de sensibilización en las escuelas sobre la importancia de la defensa de los derechos del niño y la protección infantil.
Khadija Mohammed, de 13 años, es miembro del Parlamento yemení y representa a los niños refugiados en Yemen. "Ayudo a los niños refugiados defendiendo su derecho, por ejemplo, a tener un certificado de nacimiento y otros documentos que les den acceso a servicios y a recursos. En el futuro, quiero ser médico para tratar a los niños pobres de forma gratuita", afirma.
Nawaf Fuad, de 14 años, representa a los niños de Dhamar. "Algunos niños tienen que trabajar para ayudar a sus familias. Quiero defender su derecho a la educación", cuenta.
Lamia, de 12 años, y su mejor amiga Rana, de diez años, tuvieron que huir de la violencia y ahora viven en un centro colectivo en Adén, al sur de Yemen, junto con otras familias desplazadas. Lamia cuenta que antes de la guerra su vida era hermosa y pacífica: “Lo teníamos todo. Ahora no tenemos nada", dice.
A pesar del calor abrasador y de la distancia, caminan diariamente durante una hora para ir a la escuela porque sus padres no pueden pagar el transporte, como les ocurre a muchas familias de desplazados. “A veces es difícil porque el sol es muy fuerte, pero nos encanta la escuela. Así que vamos", explica Lamia. "No tenemos uniformes, mochilas escolares o libros, pero los maestros hacen todo lo posible y los otros estudiantes son muy amables. Hemos hecho nuevos amigos", continúa.
La educación es muy importante para reconstruir un país devastado por la guerra. Yemen necesita nuevas generaciones formadas y educadas que pongan en pie todo lo que la guerra ha derribado. Para eso, es necesaria la financiación y la solidaridad de los estados y de la sociedad.
ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para conseguir financiación para cubrir esta emergencia. De los 211,9 millones de dólares que se necesitan, solo se ha recaudado un 13 % de los fondos. Yemen es una de las mayores crisis humanitarias del mundo. Sin los fondos necesarios, las agencias humanitarias se verán impedidas para ofrecer toda la ayuda necesaria a la población víctima de este conflicto. ¡Ayúdales!
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