Marruecos continúa siendo un país de tránsito para las personas refugiadas y migrantes, pero también se está convirtiendo rápidamente en un país de destino.
El 55 %
procede de Siria.
El 25 %
procede de países del África subsahariana.
El 16 %
procede de otros países de Oriente Media, como Yemen, Palestina o Irak.
En Marruecos, ACNUR proporciona asistencia humanitaria y protección a las personas refugiadas y trabaja en soluciones duraderas, centrándose en la integración local o el reasentamiento en un tercer país en el caso de las personas más vulnerables.
Presta asistencia legal, información, refugios de emergencia, protección a víctimas de violencia sexual y de género y ayudas económicas para que las personas desplazadas puedan cubrir sus necesidades básicas. Junto con el gobierno y sus socios, ACNUR también proporciona acceso a la educación y a los servicios sanitarios.
El 90% de los niños refugiados se han matriculado en escuelas primarias en 2020 gracias al programa de educación de ACNUR y sus socios. Para ACNUR, es una prioridad garantizar un acceso igualitario a la educación. En Marruecos, el 48% de la niñez refugiada matriculada en las escuelas son niñas.
Además, ACNUR garantiza el acceso a los procedimientos de asilo y protección de los refugiados en Marruecos, al tiempo que trabaja con las autoridades marroquíes en el marco de la Estrategia Nacional de Inmigración y Asilo (SNIA).
En 2016, el país introdujo nuevos cambios que permiten a los refugiados establecer sus propias cooperativas y conseguir medios de vida sostenibles.
Los refugiados pueden hacer una contribución positiva al mercado laboral creando pequeñas empresas que empleen a nacionales marroquíes.
El refugiado sirio Diyaa y su familia llevaban décadas fabricando zapatos en Damasco cuando la guerra les obligó a huir. Entonces, tuvo que a empezar de nuevo en el exilio como refugiado. Fundó un taller en una pequeña calle de Casablanca, en Marruecos, donde se instaló con su mujer y sus dos hijos.
Empezó desde cero, dedicando largas horas a la fabricación de sandalias, zuecos y zapatos. Gracias a la ayuda de ACNUR, compró su primera máquina de coser y empezó a ganar negocios locales. Ahora emplea a cuatro trabajadores marroquíes y ha ayudado a otra familia siria a abrir su propia tienda de calzado.
En reconocimiento a sus esfuerzos, Diyaa recibió un premio de la Asociación Marroquí de Apoyo y Promoción de la Pequeña Empresa (AMAPPE), en enero de 2016.
"Ya no me siento como un extranjero".
Diyaa
Emran Abdulah, un refugiado yemení en Marruecos, junto con ocho amigos también procedentes de Yemen, abrieron una guardería para niños refugiados y locales en Kenitra, a 50 kilómetros al norte de la capital, Rabat. Le pusieron el nombre de Esperanza ("Al Amal Attaalimia", en árabe). Allí, los pequeños tienen un espacio para ser niños, para jugar con otros niños y para aprender.
ACNUR ha adaptado rápidamente su respuesta para cubrir las necesidades específicas de protección de los refugiados y solicitantes de asilo. Estas personas trabajan principalmente en el sector de la economía informal y la pandemia les ha afectado de manera significativa. Apenas cuentan con fuentes de ingresos y la situación ha agravado aún más su situación. Cada vez más personas necesitan de asistencia humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas.
Con el levantamiento progresivo de las medidas de restricción de movimientos, ACNUR y sus socios han trabajado activamente para asegurarse de que sus servicios siguen siendo accesibles para los refugiados en Marruecos.
En 2020, más de 5.000 refugiados fueron atendidos por los servicios de salud. Durante la crisis de COVID-19, ACNUR y su socio médico adaptaron sus servicios para garantizar el acceso continuo a los servicios sanitarios de la población desplazada. Se activaron líneas telefónicas directas para consultas a distancia. En total, se realizaron 6.100 consultas de atención primarias y otras 8.641 consultas médicas especializadas. Los refugiados con enfermedades crónicas recibieron sus medicamentos. También se atendieron 700 llamadas de refugiados y solicitantes de asilo pidiendo asistencia psicológica durante la pandemia.
En mayo de 2020, ACNUR firmó un acuerdo de colaboración con el Consejo Nacional de Médicos (CNOM) para facilitar el acceso a la atención sanitaria especializada, incluida la salud mental, a refugiados y solicitantes de asilo en Marruecos. 44 refugiados pudieron beneficiarse de consultas especializadas e intervenciones médicas y quirúrgicas.
El Gobierno de Marruecos ha tomado medidas de salud pública desde el inicio de la crisis. Su plan nacional de respuesta sanitaria incluye a toda la población que reside en Marruecos, también a las personas desplazadas. El gobierno ha incluido a los refugiados en los planes nacionales de vacunación que inició el pasado 28 de enero.
1.200
hogares vulnerables recibirán asistencia en efectivo.
200
personas desplazas recibirán formación empresarial.
100 %
de las personas refugiadas y solicitantes de asilo tendrán acceso a los servicios de atención primaria de salud.
95%
de los niños en edad escolar primaria se matricularán en escuelas primarias.
Ayuda a los refugiados