Ucrania sufrió otro ataque aéreo a gran escala durante la noche del 21 de octubre, que dejó al menos seis muertos y más de 40 heridos en distintas regiones del país. La infraestructura energética fue nuevamente el objetivo principal, lo que ha generado una creciente preocupación de cara a la preparación para el invierno, cuando las temperaturas pueden caer por debajo de los 10 grados. Numerosas viviendas civiles también resultaron dañadas y continúan los cortes de electricidad de emergencia en Kiev y otras zonas.
Los daños en la red eléctrica también han interrumpido el funcionamiento de las estaciones de bombeo de agua, lo que obliga a muchos residentes a depender de agua embotellada o de suministros de emergencia.
Los ataques aéreos rusos en septiembre y principios de octubre continuaron causando un alto número de víctimas civiles. Según la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, en septiembre se registraron 214 muertos y 916 heridos, una cifra similar a la de agosto. Cerca del 70 % de las víctimas se encuentran en zonas cercanas a las líneas del frente, principalmente en las provincias de Donetska y Khersonska.
Entre enero y septiembre de 2025, el número de víctimas civiles fue un 31 % mayor que en el mismo período de 2024, reflejando la persistencia e intensidad del conflicto. El desplazamiento forzado también continúa en niveles elevados: solo en septiembre, unas 10.800 personas llegaron a centros de tránsito, principalmente desde Donetska y el este de Dnipropetrovsk.
En total, más de 5,7 millones de ucranianos viven actualmente como refugiados en otros países —incluyendo unos 5,2 millones en Europa—, mientras que 3,7 millones permanecen desplazados dentro de Ucrania.
Ante el deterioro de la situación humanitaria, ACNUR y sus socios intensifican los preparativos para el cuarto invierno desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022. De enero a agosto de 2025, el Grupo de Protección, liderado por ACNUR, brindó apoyo a más de 2,9 millones de personas, incluidas 529.000 personas mayores y 157.000 con discapacidad. Los servicios ofrecidos abarcan apoyo psicosocial, asistencia jurídica, asesoramiento, transporte y campañas de concienciación, especialmente en las provincias de primera línea.
Entre enero y septiembre, ACNUR también distribuyó 30,3 millones de euros en asistencia en efectivo a más de 123.900 personas afectadas por la guerra. Este programa incluye la asistencia para el invierno iniciado en septiembre, dirigido a familias que viven cerca de las líneas del frente para que puedan adquirir combustible, ropa de abrigo y otros artículos esenciales.
Para hacer frente al impacto de los continuos ataques y prepararse para el invierno, ACNUR distribuirá kits de aislamiento térmico con calefactores, láminas aislantes, plástico, espuma y cinta de construcción, destinados tanto a hogares como a centros colectivos que albergan a personas desplazadas.
Asimismo, se repararán y aislarán viviendas y centros colectivos que no cumplan los estándares mínimos, mejorando techos, puertas y áticos, e instalando ventanas de triple acristalamiento para conservar el calor y reducir el consumo energético. En las comunidades de primera línea con acceso limitado a la electricidad, ACNUR también instalará calefactores de combustible sólido y reforzará los sistemas de calefacción comunitarios, incluyendo el aislamiento de tuberías y otras mejoras de eficiencia térmica.
“Prepararse para el invierno significa ayudar a las familias a mantenerse resilientes. Mediante la entrega de ayuda en efectivo, apoyo para la calefacción y reparaciones de viviendas, ACNUR trabaja para que las personas más vulnerables puedan pasar el invierno con dignidad y calidez”.
Alexander D. Mundt, Representante Interino de ACNUR en Ucrania.
ACNUR estima que necesitará más de 98 millones de euros para apoyar a las personas afectadas durante este invierno en Ucrania, trabajando junto sus socios y en coordinación con el gobierno del país. Como parte del Plan Interinstitucional de Respuesta Invernal, la organización priorizará a las comunidades más vulnerables en zonas de alto riesgo y cercanas a las fronteras.
De este presupuesto, 86 millones de dólares se destinarán a la asistencia en efectivo para 359.000 personas, mientras que 12 millones se invertirán en alojamiento, vivienda y energía para 30.200 personas.
Con los nuevos ataques dañando infraestructuras críticas y la llegada inminente del frío extremo, ACNUR advierte que el apoyo internacional sigue siendo esencial. Millones de personas en Ucrania necesitarán ayuda para calentar sus hogares, acceder a agua potable y mantener condiciones de vida dignas durante uno de los inviernos más difíciles desde el inicio del conflicto.
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