ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, emitió esta semana un comunicado en el que insta a mantener la protección y asistencia para las y los congoleños que huyen del conflicto armado en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Según las declaraciones de Patrick Eba, subdirector de la División de Protección Internacional de ACNUR, la situación sigue siendo crítica para cientos de miles de personas desplazadas, tanto dentro como fuera del país.
La violencia en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur ha forzado a decenas de miles de congoleños a abandonar sus hogares, y alrededor de 80.000 personas han cruzado las fronteras hacia países vecinos. De estas, unas 61.000 han llegado a Burundi desde enero de 2025. La crisis sigue agravándose con movimientos masivos de población, y solo en los alrededores de Goma, 17.000 personas se encuentran actualmente refugiadas en campamentos, escuelas e iglesias, mientras que otras 414.000 han tenido que desplazarse en las últimas semanas.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales para fomentar el retorno a las zonas de origen, al menos 209.000 personas han buscado refugio en territorios como Masisi, Nyiragongo y Rutshuru, donde los recursos para atender a los recién llegados son insuficientes.
El este de la RDC continúa siendo una de las crisis humanitarios más graves del mundo. Los derechos humanos se ven gravemente vulnerados con frecuentes violaciones, incluidos abusos sexuales y saqueos. En las dos primeras semanas de febrero, se denunciaron y remitieron a organizaciones humanitarias al menos 895 violaciones, lo que supone un promedio de 60 al día.
Además, los restos de explosivos de guerra siguen representando una amenaza para las comunidades locales, especialmente para los niños y los agricultores. La violencia constante también dificulta el acceso de las organizaciones humanitarias a las áreas más afectadas, dejando a miles de personas sin ayuda esencial.
Ante esta situación, ACNUR hace un llamamiento urgente a los gobiernos para que registren a los solicitantes de asilo provenientes de la RDC y les proporcionen los documentos necesarios. Además, subraya la importancia de que los procedimientos de asilo sean transparentes y eficientes, garantizando que se aplique un enfoque adecuado según el derecho internacional y regional de personas refugiadas.
La agencia también hace énfasis en que los congoleños que se encuentren fuera del país y estén considerando regresar de manera voluntaria, deben ser informados de manera precisa sobre la situación en sus regiones de origen, para que puedan tomar decisiones informadas sobre su retorno.
Actualmente, más de un millón de refugiados congoleños viven en diversos países africanos, muchos de los cuales han proporcionado apoyo y protección durante años. ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para que refuerce su apoyo a los países que acogen a estos refugiados, asegurando que se mantengan los esfuerzos humanitarios y se protejan los derechos de los congoleños desplazados por el conflicto.
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