La desnutrición y la falta de financiación amenaza la vida de los refugiados sudaneses en Chad La desnutrición y la falta de financiación amenaza la vida de los refugiados sudaneses en Chad

La desnutrición y la falta de financiación amenaza la vida de los refugiados sudaneses en Chad

24 de diciembre, 2025

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Dos años y medio después del inicio del conflicto en Sudán, el país atraviesa la peor crisis humanitaria a nivel global, con cerca de 12 millones de personas desplazadas de manera forzosa. La reciente toma de El Fasher, capital de Darfur del Norte, por parte del grupo paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido, ha desencadenado una nueva ola de asesinatos, destrucción y desplazamientos en el brutal conflicto civil.

Miles de personas que huyen de la violencia en Darfur del Norte se dirigen hacia Chad, considerado el país seguro más cercano, que ya alberga a más de 880.000 refugiados sudaneses. Sin embargo, a pesar de escapar de las bombas y las balas, muchos refugiados en Chad enfrentan condiciones extremas, agravadas por el hambre y la reducción de la ayuda humanitaria, que amenaza con cortar la asistencia vital.

Una realidad marcada por la desnutrición infantil

La mayoría de las familias sudanesas que llegan a la frontera con Chad lo hacen en condiciones precarias, especialmente los niños. Este año, el personal sanitario informó que uno de cada diez menores de cinco años que ingresan en algunas zonas de Chad sufre desnutrición aguda grave.

En el campo de refugiados de Farchana (Chad), donde viven más de 22.000 personas, la situación es alarmante. Muchos llegaron durante los últimos dos años y medio, aunque algunos permanecen allí desde hace años por conflictos anteriores. En este lugar de acogida para muchas familias que han huido de la violencia en Darfur, decenas de bebés y niños sufren desnutrición. En la clínica de desnutrición del Hospital Farchana, más de 80 niños reciben atención urgente, pero la falta de financiación amenaza con el cierre del centro.

El caso de Mohamed, un niño de dos años que lucha por recuperarse de la desnutrición severa, refleja la gravedad de la crisis. Ante la reducción de las raciones alimentarias por los recortes de fondos, muchas familias pasan días sin una alimentación adecuada, lo que pone en riesgo la vida de bebés y niños pequeños.

Mohamed, uno de tantos niños que sufre desnutrición. Foto: © ACNUR/Ala Kheir.

A pesar de la dedicación de los profesionales sanitarios (muchos de ellos también refugiados sudaneses), la creciente amenaza de la desnutrición es realmente preocupante.

Mohamed Ibrahim, farmacéutico originario del estado de Gezira, en el centro de Sudán, huyó con su familia y ahora trabaja en el Hospital Farchana. Con el personal y los suministros al límite, está cada vez más preocupado por la salud de sus compañeros refugiados en el asentamiento.

Mohamed Ibrahim, farmaceútico en Farchana. Foto: © ACNUR/Ala Kheir.

La amenaza de la falta de financiación

Los recortes sin precedentes en la financiación humanitaria global este año están teniendo un impacto directo en la vida de los refugiados. En Farchana, las raciones de alimentos se han reducido y algunas clínicas han cerrado. ACNUR, en colaboración con el gobierno de Chad, continúa proporcionando alimentos, agua y medicamentos, pero con más de 1,3 millones de desplazados en el país, la capacidad de respuesta está al límite.

Sin un fin cercano para el conflicto en Sudán y con menos de un tercio de los fondos necesarios recibidos en 2025, ACNUR enfrenta serias dificultades para mantener incluso la ayuda más básica. Sin un aumento urgente del apoyo internacional, el hambre y la desesperación seguirán creciendo, dejando a millones de personas que han escapado de la violencia en una lucha constante por sobrevivir.

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