Las devastadoras inundaciones de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, ya han desplazado a más de 327.000 personas y han obligado a otras 68.000 a buscar resguardo en refugios. Las inundaciones han sido clasificadas como la "mayor catástrofe climática" por el gobierno del país, afectando a casi el 70 % de las ciudades y perjudicando a más de un millón de personas en toda la región.
Según la Organización Meteorológica Mundial, Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, recibió 258,6 mm de precipitaciones en sólo tres días, lo que corresponde a más de dos meses de lluvias (abril y mayo). Varias ciudades están aisladas debido al derrumbamiento de carreteras, mientras que Porto Alegre se enfrenta a problemas de infraestructura como la falta de electricidad y de conexión a Internet.
Según las autoridades brasileñas, las inundaciones han afectado a 431 de los 496 municipios del estado de Rio Grande do Sul, pudiendo afectar a cerca de 1,7 millones de personas. Trágicamente, se han confirmado 107 muertos, más de 754 heridos y 134 personas están desaparecidas. Es probable que las cifras aumenten a medida que continúen las operaciones de búsqueda y rescate. Este temporal de lluvias comenzó el pasado 30 de abril y, aunque estaba anunciado, ha sido mucho más grave y persistente de lo que se tenía previsto y todavía se están evaluando sus consecuencias. El agua ha arrasado hogares, negocios y pertenencias dejando a los afectados prácticamente sin nada.
ACNUR está colaborando estrechamente con los socios y las autoridades locales responsables de la ayuda humanitaria como parte del esfuerzo de respuesta nacional. Mediante el fomento de asociaciones de colaboración con las autoridades locales, las organizaciones de la sociedad civil y las agencias de la ONU, se pretende facilitar una acción coordinada y maximizar nuestro impacto sobre el terreno.
ACNUR está ayudando tanto a las personas brasileñas como a refugiadas y desplazadas en la zona. Basados en datos del Gobierno federal, ACNUR estima que más de 41.000 personas refugiadas y otras con necesidad de protección internacional viven en el Río Grande del Sur pueden haberse visto afectadas por estas graves inundaciones. Este es uno de los estado de Brasil que más personas refugiados y migrantes acoge, sobre todo de Venezuela y Haití.
Para hacer frente a los complejos retos que se plantean en Rio Grande do Sul, es preciso proporcionar de inmediato asistencia vital. Esto incluye refugios, artículos de socorro como colchones, mantas, ropa, lonas, agua, alimentos, kits de higiene, materiales de limpieza y utensilios de cocina.
ACNUR está evaluando el impacto de las inundaciones e identificando las necesidades de la población refugiada y migrante para ser lo más eficaces posibles en su respuesta. También está apoyando la comunicación con las diversas comunidades afectadas para que todas las personas refugiadas y migrantes puedan tener acceso, en su propio idioma a la información que proporciona Defensa Civil y las autoridades locales.
Estamos brindando apoyo dentro de nuestras posibilidades en este momento; también para evitar la duplicación de esfuerzos, así abonamos a una mayor eficiencia en la respuesta dirigida a las poblaciones brasileñas, refugiadas y migrantes en el estado”
Maria Eliana Barona, Representante Adjunta de ACNUR en Brasil.
Cada vez son más frecuentes los fenómenos meteorológicos adversos como las sequías prolongadas o las inundaciones por lluvias torrenciales como estas de Brasil o las que están teniendo lugar en el este de África.
El cambio climático es una realidad y sus efectos se ven en cada una de estas catástrofes que causan pérdidas de vidas y daños materiales, en la mayoría de los casos, irreparables, a poblaciones muy vulnerables que viven en una constante inseguridad. Acciones como el Fondo para Resiliencia Climática de ACNUR cada vez se muestran más necesarios para proteger y ayudar a las poblaciones que más lo necesitan.
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