Más de 300.000 personas han perdido sus hogares, cosechas, ganado y efectos personales a causa de las últimas inundaciones en Yemen. Muchos de ellos ya estaban desplazados con anterioridad y no es la primera vez que tienen que reconstruir sus vidas y empezar de cero. La mayoría vive en una situación de extrema pobreza en campamentos improvisados y densamente poblados. Muchos están buscando refugio en mezquitas, escuelas y edificios abandonados; otros no tienen más opción que dormir al raso.
Las gobernaciones más afectadas son las de Marib, Amran, Hajjah, Al Hudayda, Taiz, Lahj, Adén y Abyan, donde han muerto 148 personas en los últimos dos meses.
Las inundaciones en Yemen han aumentado las necesidades humanitarias. Decenas de miles de personas afectadas necesitan refugio, alimentos, agua y saneamiento. Las escasas infraestructuras sanitarias que han quedado en pie hace que aumente el riesgo de contraer enfermedades como la malaria o el dengue.
ACNUR ha asistido a 660.000 personas desplazadas desde el inicio de la guerra, pero se necesita más ayuda para llegar a todos los afectados. ACNUR está ayudando a los yemeníes desplazados más vulnerables con artículos básicos, dinero en efectivo para comprar medicamentos y alimentos, servicios psicosociales y otros tipos de asistencia. También está prestando ayuda a unos 280.000 refugiados que permanecen en Yemen.
ACNUR y sus socios han llevado a cabo una evaluación rápida de los sitios afectados por las inundaciones para valorar los daños, las necesidades y las prioridades. Los equipos de Refugio y Coordinación de Campamentos (CCCM) dirigidos por ACNUR visitaron cuatro sitios que albergan a cerca de 600 familias: Ammar Bin Yasser y el Instituto Agrícola Saudita, en Dar Sa'ad; Al Sawama'a, en Al-Mualla y Hosh Al- zira'ah, en Khor-Makser. El análisis realizado muestra que unas 400 familias (2.800 personas) se han visto gravemente afectadas: sus refugios están dañados, han perdido las raciones de alimento y los artículos básicos personales.
Las previsiones no son buenas. Se prevé que la temporada de lluvias continúe. Si es así, los embalses podrían sobrepasar su capacidad y más personas podrían verse afectadas. Por ejemplo, en Marib, la presa ha alcanzado el nivel de desbordamiento. Si las lluvias continúan, se puede producir una rotura que afectaría y destruiría las áreas de regadío que se encuentran aguas abajo, donde están los campamentos de desplazados internos.
Unos 24 millones de personas en Yemen, más del 80% de la población, necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Es uno de los países más pobres de Oriente Medio y se ha visto ensombrecido por otras crisis regionales.
Según la ONU, la de Yemen es la peor crisis humanitaria del mundo, con 3,6 millones de personas desplazadas por el conflicto y 20 millones de personas que carecen de alimento suficiente. La de Yemen es una catástrofe humanitaria desatendida que empeora día a día.
La pandemia de coronavirus está dificultando aún más la situación y solo la mitad de los establecimientos sanitarios del país están en pleno funcionamiento. ACNUR está preocupado por las personas desplazadas, que son enormemente vulnerables al COVID-19. Muchas viven en sitios densamente poblados, donde el distanciamiento social es imposible y donde no hay acceso a agua potable.
ACNUR está haciendo todo lo posible para proporcionar refugios de emergencia y materiales de primera necesidad. Sin embargo, la capacidad de ACNUR se está viendo limitada por la grave falta de fondos. Las reservas de materiales de refugio y ayuda de emergencia se agotarán en cuestión de semanas, impidiendo cubrir algunas de las necesidades más básicas.
Ayuda a los refugiados