Durante las primeras horas del 27 de noviembre entró en vigor un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Líbano, sin que se haya informado de violaciones en las horas siguientes a su aplicación. La tregua durará 60 días y todavía hay mucha incertidumbre sobre lo que pasará. Aunque este alto al fuego es una gran noticia, la población de Líbano sigue necesitando ayuda.
Tanto António Guterres, Secretario General de la ONU como Jeanine Hennis-Plasschaert, la Coordinadora Especial para el Líbano acogieron con satisfacción la decisión, instando a un compromiso pleno e inquebrantable con los términos del acuerdo. ACNUR también ha acogido con satisfacción el alto el fuego, con la esperanza de que pueda poner fin a la violencia, la destrucción y el inmenso sufrimiento.
La tregua durará 60 días, durante los cuales las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) deberán retirarse completamente del sur del Líbano. La población civil ha comenzado a regresar a sus hogares, y desde primera hora de la mañana se observa un intenso tráfico en todo el Líbano. Sin embargo, Israel ha advertido que no se debe regresar al sur del Líbano, donde siguen vigentes las órdenes de evacuación.
Justo antes de que se alcanzara el alto el fuego, Israel intensificó sus ataques aéreos en el centro del Líbano. Por otro lado, en Siria, un impactante ataque en el lado sirio de dos pasos fronterizos (Arida y Dabbousieh) la noche antes de la declaración del alto al fuego mató e hirió a trabajadores de la Media Luna Roja Árabe Siria, mientras que otro bombardeo la semana anterior en el lado sirio de la frontera de Joussieh ha hecho casi imposible el paso a las personas que huyen de Líbano.
Hasta el 26 de noviembre, las autoridades sanitarias libanesas informan de que 3.768 personas han muerto desde el 8 de octubre de 2023, y otras 15.699 han resultado heridas, entre ellas 706 mujeres y 240 niños. Entre las víctimas también hay 222 trabajadores sanitarios, 33 de los cuales resultaron heridos.
Según el gobierno libanés, 1,3 millones de personas se han visto afectadas por el conflicto. A fecha de 25 de noviembre, la Organización Internacional Para las Migraciones (OIM) informa de que 899.725 personas han sido desplazadas internamente, incluidos más de 100.000 refugiados que son desplazados secundarios. Se estima que 562.000 personas huyeron a Siria (63% sirios y 27% libaneses) y 39.071 a Irak.
En Líbano, el primer día del alto el fuego, ACNUR entregó suministros de emergencia a 3.100 personas en Baalbek, incluyendo mantas, colchones, chaquetas de invierno, láminas de plástico, lámparas solares y colchonetas.
En Siria, se han distribuido más de 17.000 kits de invierno a las familias recién llegadas desde el comienzo de la afluencia, y unas 52.600 personas han recibido ayuda en efectivo para la protección de emergencia a fin de atender necesidades de protección específicas.
Con el invierno a las puertas y la previsión de que las temperaturas sigan descendiendo, es esencial preparar a las familias para la llegada del frío. Las operaciones de ACNUR en ambos países tienen como prioridad la preparación para el invierno y la ayuda a la construcción de refugios. Es fundamental que las familias desplazadas puedan mantenerse calientes y reducir el riesgo de hipotermia e infecciones respiratorias, entre otros problemas.
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