Las 5 emergencias que deberías conocer de 2024

Conflictos, tensiones políticas, pobreza, hambre, desastres naturales… 2024 ha sido un año muy complicado a nivel internacional. Todo esto ha provocado que más de 120 millones de personas se hayan visto forzadas a abandonar sus hogares en busca de un lugar seguro. ACNUR ha estado apoyando a todas esas personas, ofreciéndoles protección, refugio y ayuda humanitaria. Pero, ¿cuáles han sido las emergencias más importantes que han tenido lugar en este 2024? Ahora que estamos a punto de terminar el año, es un buen momento para repasarlas y, sobre todo, ser conscientes de que no podemos dejar que estas emergencias y las consecuencias que tienen para la población, caigan en el olvido. Estas son las 5 emergencias más relevantes de este año.

En abril de 2023 comenzaron los combates entre el ejército sudanés y los grupos paramilitares del país, como las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Un año y ocho meses después este conflicto que, parece lejos de solucionarse, ha provocado más de 23.000 víctimas mortales y un éxodo masivo de más de 12,2 millones de personas desplazadas, de las cuales 8,8 permanecen dentro del país y 3,2 millones en países vecinos.

Durante este último mes de diciembre, los combates en la zona del Nilo Blanco, Sennar y Nilo Azul, han provocado que más de 80.000 personas hayan huido a Sudán del Sur, de las cuales hay tanto sudaneses como refugiados sursudaneses que habían huido anteriormente a Sudán. La mayoría de los que lo han hecho son mujeres, niños y niñas en situación crítica.

Este conflicto ha llevado a la población a una situación extrema. Más de la mitad requieren asistencia humanitaria urgente. La violencia ha provocado también el deterioro de la atención sanitaria llevando a los hospitales al desbordamiento. Esto, unido a la falta de alimentos y agua, ha hecho que las tasas de desnutrición y las enfermedades como el cólera aumenten de manera significativa. A la violencia, el hambre y la falta de una atención sanitaria se le une el impacto climático que existe en el país. Sudán sufre largas temporadas de sequía y periodos de lluvias torrenciales que provoca graves inundaciones y, en consecuencia, desplazamiento de la población.

Desgraciadamente, esta emergencia es una de las menos visibles en los medios de comunicación, pero, sin embargo, es la que ha provocado el mayor número de desplazamientos en este último año.

Otra de las emergencias presente desde hace muchos años y que seguirá estando es la crisis climática. El cambio climático, los conflictos y los desplazamientos están cada vez más interrelacionados. De hecho, de los más de 120 millones de personas desplazadas forzosas que hay actualmente en el mundo, 90 millones (3 de cada 4) viven actualmente en países expuestos a impactos elevados o extremos del cambio climático. Algunas de las regiones más expuestas y vulnerables a la crisis climática son Siria, Sudán, Haití, Myanmar, Somalia, Etiopía, Yemen y la región de Sahel, entre otras.

La crisis climática lleva años afectando al mundo entero, pero, especialmente a las poblaciones más vulnerables. Según el Informe del índice de desplazamiento interno (IDMC) en los últimos 10 años, las catástrofes meteorológicas han provocado 220 millones de desplazamientos internos, lo que equivale a unos 60.000 desplazamientos diarios. Hay que tener en cuenta que estas cifras se refieren al número de desplazamientos y no al número de personas desplazadas, ya que, una persona puede verse desplazada varias veces.

El futuro no parece muy esperanzador para esta emergencia. Se espera que para 2040 el número de países que se enfrenten a peligros extremos relacionados con el clima aumente de los tres actuales (Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos, Omán) a 65, la gran mayoría de los cuales acogen actualmente a poblaciones desplazadas. Un ejemplo de esto es Bangladesh, donde existe riesgo extremo de sufrir peligros naturales como ciclones e inundaciones y ha recibido el 72% de las personas refugiadas de Myanmar.

Además, el calor extremo aumentará de manera significativa por lo que se prevé que en 2050 la mayoría de los campos de refugiados experimenten el doble de días de calor peligroso que ahora si no se toman medidas climáticas contundentes. Y para ese año también se estima que 200 millones de personas necesitarán anualmente ayuda humanitaria por el impacto del cambio climático.

Foto: © ACNUR/Andrew McConnell.

Desde el inicio del conflicto en Gaza, la zona de Oriente Medio vive una compleja situación que ha acabado extendiéndose y que implica a varios países. Una violencia que ha dejado miles de víctimas mortales, personas heridas y miles de desplazamientos.

Los países que componen Oriente Medio son: los de Oriente Próximo (Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania y Egipto), y otros en el Golfo Pérsico y el sur de Asia, como Arabia Saudita, Irán, Irak, los Emiratos Árabes Unidos y, a veces se incluye, Afganistán y Pakistán. Es una zona geopolíticamente más vasta que la de Oriente Próximo, que es la región más inmediata desde la perspectiva europea.

Los ataques de Israel a la Franja de Gaza se extendieron a otros países como Líbano o Siria. Líbano es el país con el mayor número de personas refugiadas per cápita en todo el mundo. Cuando sufrió los ataques de Israel a finales de septiembre de este año, comenzaron los desplazamientos. Esta ofensiva provocó más de 3700 fallecidos, casi 15.700 heridos y más de 1,3 millones de personas huyeron de sus hogares. El 27 de noviembre entró en vigor un alto al fuego en Líbano acordado horas antes que, en principio, durará 60 días.

Siria es otro de los países que ha vivido cambios en estas últimas semanas. Desde que comenzara el conflicto en 2011, Siria ha sufrido una de las mayores crisis humanitarias del mundo. El conflicto obligó a huir a más de 13 millones de personas, de las cuales 6 millones buscaron refugio fuera del país. Muchos de ellos huyeron a Líbano y tras los últimos ataques israelíes, decidieron regresar a su país. De hecho, Siria recibió a más de medio millón de personas entre septiembre y noviembre de este año que huían de Líbano.

El 27 de noviembre una ofensiva lanzada por grupos armados de la oposición en el noroeste de Siria se extendió rápidamente a varias regiones del país, alcanzando días después, la capital, Damasco, provocando la caída del presidente Bashar al Assad, dejando a Siria ante un futuro incierto. Estos acontecimientos han dado comienzo a una etapa de incertidumbre, pero también han despertado esperanzas de que esta crisis humanitaria pueda resolverse.

Foto: © ACNUR/Ximena Borrazas.

En noviembre de este año la guerra en Ucrania superó los 1.000 días, y la población civil sigue enfrentándose al miedo, la violencia y la desesperación. Las hostilidades persisten en diversas regiones, especialmente en Donetsk, donde se registraron intensos ataques. En septiembre de 2024, se reportó el mayor número de civiles muertos y heridos del año. Además, las evacuaciones obligatorias en áreas como Kupiansk, en la región de Járkov, reflejan la gravedad de la situación. Con la llegada del duro invierno y una reducción del 65% en la capacidad de generación de energía debido a los ataques a infraestructuras, las necesidades humanitarias se han incrementado significativamente.

ACNUR, presente en Ucrania desde 1994, ha intensificado sus esfuerzos para asistir a la población afectada proporcionado protección, asistencia humanitaria y reparación de refugios a desplazados internos y comunidades afectadas por el conflicto. Con más de 6,7 millones de refugiados y refugiadas ucranianas en todo el mundo y casi 4 millones de personas desplazadas internas, ACNUR continúa su labor esencial para mitigar el sufrimiento de quienes han tenido que abandonar sus hogares.

Foto: © ACNUR/Oleksii Barkov.

La República Democrática del Congo (RDC) se enfrenta a una de las crisis humanitarias más graves del mundo, marcada por décadas de conflictos armados, desplazamientos masivos y una alarmante inseguridad alimentaria. En octubre de 2023, la situación se deterioró aún más por los combates entre el ejército congoleño y los grupos armados rebeldes en el Este del país que provocaron el desplazamiento de la población de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri.

En 2024 la situación de violencia ha seguido recrudeciéndose lo que ha agravado la presión sobre los recursos. Todo esto ha provocado que más de 6,8 millones de personas se encuentren desplazadas internamente, y más de un millón han buscado refugio en países vecinos. Además, se estima que más de 27 millones de congoleños padecen inseguridad alimentaria, lo que significa que una de cada tres personas en el país pasa hambre.

Foto: ©ACNUR / Blaise Sanyila.

A pesar de que en julio de 2024 se firmó un acuerdo de alto el fuego entre el Gobierno congoleño y el grupo paramilitar M23, a finales de octubre se intensificó de nuevo el conflicto. La violencia se sigue ejerciendo sobre la población civil por parte de actores armados. Se han denunciado casos de extorsión, violaciones, agresiones y lesiones, secuestros y robos. Muchas mujeres y niñas son objeto de violencia sexual al huir del conflicto, por lo que son una parte de la población extremadamente vulnerable.