Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad el pasado 8 de diciembre, más de 115.000 sirios y sirias han vuelto a sus hogares desde países como Turquía, Líbano y Jordania, según informó ACNUR. La acogida de millones de personas que huyeron del conflicto en Siria durante tantos años ha tenido un gran impacto en las economías y sistemas de protección social de estos países vecinos.
Este retorno supone un avance hacia la estabilidad, un paso significativo en un conflicto que se ha prolongado mucho en el tiempo y que ha dejado a millones de personas desplazadas tanto dentro como fuera del país. El éxodo masivo de sirios comenzó hace más de una década, cuando el conflicto interno escaló en 2011, derivando en una de las crisis de desplazamiento más grandes del mundo. Con alrededor de 6,8 millones de sirios registrados como refugiados en todo el mundo, la cifra reciente de retornos, aunque significativa, representa apenas el 1,7% de la población desplazada.
La mayoría de las personas que traspasaron la frontera siria huyeron, como hemos dicho anteriormente, a Turquía, Líbano y Jordania. Ahora los que deciden regresar no lo tienen fácil. Muchos se enfrentan a desafíos como la reconstrucción de sus hogares destruidos, la falta de acceso a servicios básicos y la necesidad de reanudar sus medios de subsistencia.
Desde Turquía, su ministro del Interior informó de que 35.113 sirios han regresado voluntariamente a su país.
Por otro lado, Jordania informó que más de 22.000 personas entrado a Siria a través de su territorio, de las cuales 3.100 son personas refugiadas registradas. Desde ACNUR se ha señalado que los repatriados de Jordania eran, en su mayoría mujeres, niños y niñas. Parece ser que, al ser entrevistadas, algunas familias informaron que el cabeza de familia permanecería durante varios meses en Jordania para poder ganar dinero y ayudar a su familia en Siria a reintegrarse hasta su regreso.
En cuanto al Líbano, el número de sirios y sirias que salen del país a través de los pasos fronterizos oficiales, especialmente en el cruce de Masnaa, es bajo pero constante, que incluyen personas que realizan viajes cortos para ver cómo está la situación en Siria. En los últimos 10 días, de 100 a 200 personas han estado en tierra de nadie en algún momento, ya sea porque estaban siendo procesadas para entrar al Líbano o regresando a Siria.
Por otro lado, el flujo de sirios a través del cruce fronterizo de Peshkabour hacia la región del Kurdistán iraquí se ha mantenido constante, con un promedio diario de entre 300 y 400 personas.
La mayoría de los que ingresan a Irak son de origen kurdo y afirman visitar la región del Kurdistán de manera temporal, ya sea para reunirse con familiares o como un punto de tránsito antes de regresar a Siria.
En las últimas tres semanas, 948 sirios han regresado de manera permanente a través de procedimientos oficiales, de los cuales 105 eran refugiados registrados por ACNUR.
En cuanto a Egipto, ACNUR continúa gestionando un número de solicitudes de cierre de casos de refugiados sirios por encima de la media. Entre el 8 y el 29 de diciembre se han presentado 1.448 solicitudes de cierre que afectan a 2.695 personas. Se ha pasado de una media de 7 solicitudes por día laborable en noviembre a 97 en este periodo de diciembre. Mientras ACNUR ha estado brindando apoyo psicológico a todos los sirios y sirias que necesitan información sobre la situación de su país.
Además de las personas refugiadas de Siria en otros países, hay que tener en cuenta los miles de personas que continúan desplazadas dentro del país. Desde que comenzara el conflicto en 2011 de los 13 millones de personas que se vieron forzadas a huir de sus hogares, más de 7 millones permanecían desplazadas en territorio sirio. Ante esta nueva situación en el país se estima que unas 664.000 personas (principalmente mujeres, niños y niñas) se han desplazado nuevamente en el país, principalmente en las provincias de Idlib y Alepo.
Además, casi 486.000 personas desplazadas internas han regresado a sus zonas de origen, principalmente en las provincias de Hama y Alepo.
“La inseguridad prevaleciente sigue presentando desafíos para los civiles y probablemente influirá en la posible decisión de regresar a casa que afrontan los sirios que viven fuera del país”.
Afirman desde ACNUR
ACNUR ha estado presente desde el inicio, colaborando con las autoridades internas, visitando los cruces fronterizos activos, monitoreando los procesos y valorando las necesidades humanitarias de los sirios y sirias que regresan a su país.
Ahora la mayor preocupación de ACNUR es poder ayudar con el apoyo a la repatriación, si se pueden eliminar permisos de residente retrasados al salir, si regresar a Siria es seguro y qué rutas son las más adecuadas.
Además de la reanudación de la rehabilitación de 200 casas dañadas en la zona rural de Damasco, ha distribuido artículos básicos de socorro además de otros de invierno para proteger a las familias que han regresado a las regiones de Damasco, Homs e Idlib, así como a desplazados internos de centros colectivos en las provincias de Ar-Raqqa y Al-Hassakeh.
A pesar de toda esta ayuda, ACNUR es consciente de la incertidumbre sobre las condiciones de seguridad a la que se enfrentan las personas que deciden regresar. Por eso, es esencial que la asistencia humanitaria continúe llegando para abordar las necesidades urgentes tanto de retornados como desplazados internos.
Ayuda a los refugiados