Kenia lleva más de dos décadas generosamente acogiendo y protegiendo a los refugiados somalíes de la violencia y la persecución. ACNUR trabaja en estrecha colaboración con el Gobierno de Kenia y es consciente de la actual situación de seguridad regional y de la gravedad de las amenazas a las que se enfrenta Kenia. Asimismo, ACNUR reconoce la obligación del Gobierno de garantizar la seguridad de sus ciudadanos y de otras personas que viven en Kenia, incluidos los refugiados.
La Agencia de la ONU para los Refugiados está muy preocupada por el cierre de los campamentos de Dadaab y el hecho de forzar a los refugiados a regresar a Somalia, ya que podría tener consecuencias muy importantes a nivel práctico y humanitario, y supondría una violación de las obligaciones internacionales de Kenia.
ACNUR insta a las autoridades de Kenia a considerar este asunto con mayor detenimiento. La Agencia está dispuesta a trabajar aún más estrechamente con el Gobierno de Kenia para reforzar la aplicación de la ley en Dadaab y apoyar otras medidas que protejan a los refugiados y los kenianos frente a posibles incursiones de actores armados a través de la frontera.